Amor, boda y divorcio
El amor, como todo en la vida, está movido por el interés: que me quieras, me respetes, me apoyes, me cuides, que veles por mi bienestar y salud, que te intereses por mi.
Se inicia mediante cortejos, miradas, bonitas palabras, propuestas, y lo más importante, hechos.
Durante años el PRM, antes PRD, intentó reconquistar el cariño de la población dominicana y con la ayudita de la suegra lo logró. La población aceptó la propuesta de boda y cómo se dice en buen dominicano: “toda la muela que le dio”.
¡Pero que va, desde que se mudaron y cogieron para el super y la farmacia se supo que «eso no iba para parte».
Sin embargo, el Gobierno y la población se juntaron para vivir mejor.
Pero sucede que a medida que pasan los días y los meses, lo poco o mucho que ya había conseguido con el anterior, la población lo está perdiendo: seguridad alimentaria, alimentos a precios asequibles, empleos, 911, almuerzo escolar, energía eléctrica estable.
Si el Gobierno actual (PRM) no vuelve a ser el encantador que prometió dar más y mejor que el anterior, su rilí no se lo despinta ni el brujo comunicador ni el perdón lloriquiao.
El caso es que no cumple lo que ofreció y cuando la población se queja, al Gobierno le salen esos celos enfermizos con el anterior que lo que hacen es recordarlo y empeorar la relación. Ella responde: «El otro era un tíguere parrandero, es verdad; sin embargo, tenía detalles y se ocupaba de la educación de los hijos, de la salud, del empleo, la luz no se iba y me atendía como una reina».
Todavía no se habla de divorcio, pero el malestar es grande.
El pique con el anterior no se le ha pasado, pero…
A veces, cuando está sola, piensa y se pregunta: ¿Por qué lo habré dejado?