El ícono de la mujer apoderada
⏱️ 1.27 min
“Podemos hacerlo”, dice el cartel que presenta a una mujer caucásica, de mirada fija, puño en alto, camisa azul y pañoleta roja en la cabeza.
Se trata de “Rosie, la remachadora”. Apareció por primera vez en 1942 como representación del papel que desarrollaban las mujeres en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras los hombres estaban en el campo de batalla, ellas trabajaban en las fábricas, produciendo desde municiones hasta suministros.
Con el tiempo, Rosie se convirtió en emblema mundial del apoderamiento de las mujeres.
Pero más de cien años antes de La Remachadora, Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott también levantaron el puño. Ambas organizaron en 1848 la primera convención nacional por los derechos de las mujeres en Estados Unidos.
“Todos los hombres y las mujeres son creados iguales”, fue la consigna. El movimiento encabezado por Stanton y Mott exigía derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para las mujeres.
Como otras millones de mujeres que han aportado al desarrollo humano desde los espacios político, económico, científico, etc., hay que destacar a la comunista alemana Clara Zetkin, quien durante la Conferencia Internacional de la Mujer Trabajadora en Copenhague (Dinamarca), en 1910, propuso conmemorar un Día de la Mujer a nivel global.
La propuesta, que fue acogida por miles mujeres de 17 países, provocó que al año siguiente el 19 de de marzo de 1911, celebraran el Día Internacional de la Mujer.
Esta fecha luego se movería para el 08 de marzo, para recordar que ese día (de 1857) miles de trabajadoras textiles salieron a las calles de Nueva York con el lema ‘Pan y rosas’ a protestar las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte de horario y el fin del trabajo infantil.