Sonia Silvestre, ni olvido ni polvo errante
No había que mandarla a cantar. Mientras a otros niños se les pedía que cantaran una canción ante la visita, a Sonia Silvestre le decía su mamá: Niña, ¿cuándo te vas a callar?
Frente al espejo, cantaba y se presentaba ella misma. Le encantaba visitar la casa de su abuela paterna, pues desde allí escuchaba canciones venidas de una victrola inmensa, ubicada en un bar contiguo. Sonia les prestaba atención, y mientras parecía que jugaba, se las aprendía. En su alma infantil sentía que algún día sería artista, pero no hubo estudio alguno que la preparara para lo que después sucedería.
Hechizada por todo lo que oliera a arte y a bellas letras, escogió, para estudiar, Pedagogía, en la especialidad de literatura. Pero cantaba siempre que le era posible. Así hizo comerciales y empezó a relacionarse con el escenario musical esta singular mujer, nacida en 1952, en República Dominicana. Por su amiga, la actriz Cecilia García, llegó al popular show televisivo del promotor cultural Freddy Ginebra. «Gente amiga: la voz que van a escuchar no la van a olvidar nunca. Escriban su nombre: Sonia Silvestre», fue la presentación que hizo. No hubo que forzar la predicción. Desde entonces, Sonia abandonaría la carrera pedagógica para convertirse en estrella del escenario. A partir de ahí se afianzaría su nuevo rumbo, dando rienda suelta a su natural vocación.
¿Dónde podré gritarte que te quiero? fue la canción que defendería en el 4to. Festival de la Canción Dominicana, y que quedaría en ese segundo lugar que tantas veces se convierte en la celebridad de ciertos concursos, en los que el primer puesto apenas llega a conocerse. La popularidad de Sonia fue entonces irrefrenable.
Sin que el disfrute por el giro favorable de su vida lo impidiera, se cristalizaron en la artista viejas inquietudes sociales, de compromiso con las mejores causas humanas. Participa en el Festival Siete días con el pueblo, un espacio para la canción política. La canción, cargada de contenidos más sólidos, la había reclamado.
En una entrevista, en la que defendió la importancia de elevar de categoría la canción latinoamericana, explicó la naturaleza de su tránsito a este nuevo discurso, refiriendo que, cuando uno entra en contacto con el pueblo, con sus necesidades, y va conociendo a la gente, se produce el cambio. «Por lo menos en el caso mío uno está a punto de dejar de cantar porque uno no le ve utilidad a lo que hace, cantando una serie de tonterías, y entonces se siente mal con uno mismo, y eso hace que uno vaya transformándose».
Al festival dominicano llegaron, desde Cuba, Silvio Rodríguez y Noel Nicola, y no con las manos vacías. El Consejo Nacional de Cultura la invitó a visitar la Isla, donde era en ese momento la artista internacional más escuchada.
Sonia consiguió venir, junto a Víctor Víctor, no sin vencer obstáculos políticos. Quería que en Cuba se conocieran, no solo las primeras canciones suyas, baladas románticas que se tarareaban aquí como himnos, sino también las canciones del grupo Nueva Forma, fundado por su acompañante, y al que ella pertenecía.
Más de 20 conciertos por toda Cuba, junto al grupo Irakere; programas televisivos, grabaciones y un documental realizado por Juan Carlos Tabío fueron el resultado de ese viaje, junto a lo más importante: la consolidación de un amor indestructible por Cuba, tantas veces demostrado.
Un disco como Sonia canta a a los poetas de la Patria, con textos de 20 autores, y los temas Mi wachimán, Andresito Reina y Yo quiero andar, junto a muchos otros, engrosaron el repertorio de esta distinguida dama que también fue Ministra consejera de la Embajada Dominicana en Cuba.
En su segunda patria, participó en 2002 en el Festival Boleros de Oro. Junto a Sara González y la puertorriqueña Lucecita Benítez protagonizó, en 1988, por toda la Isla, la gira Tres mujeres del Caribe, y en 2009 estuvo en el Festival de la Trova Pepe Sánchez.
Por el Senado de República Dominicana fue declarada, en 2004, Gloria Nacional del Canto Popular. Su última presentación –un mes antes de fallecer un día como hoy, hace ya diez años– fue en un acto para homenajear al Comandante Hugo Chávez y en favor de los tres Héroes cubanos que, en la fecha, permanecían aún encarcelados en Estados Unidos.
Sonia Silvestre le ofreció a la región un canto inolvidable, por su fuerza y por sus humanos mensajes. Quien la haya escuchado sabrá lo que sucede dentro de sí cuando esta voz inconfundible evoca aquellas canciones con sello de garantía.