
Parlamento de Portugal rechaza la moción de confianza del Gobierno de centroderecha y aboca al país a sus terceras elecciones en tres años
El Parlamento de Portugal rechazó este martes la moción de confianza presentada por el Gobierno de centroderecha del primer ministro Luís Montenegro, acechado por un escándalo de corrupción. El resultado de la votación aboca al país a unas más que posibles elecciones anticipadas, las terceras desde enero de 2022.
La unicameral Asamblea de la República rechazó la moción con los votos en contra del Partido Socialista (PS), el ultraderechista Chega, el Partido Comunista Portugués (PCP), el Bloco de Esquerda, el partido animalista PAN y los ecologistas de Livre.
Pese a que en la víspera la oposición, especialmente el Partido Socialista, había adelantado que no apoyaría la cuestión de confianza, Montenegro pidió al Parlamento que votara por la «estabilidad» y propuso varias veces suspender la sesión para dar más explicaciones.
«Estoy disponible para profundizar más en mis respuestas. Por eso he lanzado el desafío de suspender este debate», dijo durante la sesión un Montenegro que en las últimas semanas logró superar sin agobio dos mociones de censura presentadas por la ultraderecha de Chega y el Partido Comunista (PCP).
Montenegro incidió en que «no cometió ningún crimen» y se puso a disposición del Parlamento para dar «explicaciones adicionales», incluido en la comisión de investigación que el Parlamento pueda establecer. «Quien no debe nada, nada teme y yo tengo mi conciencia tranquila», ha dicho.
Antes, Montenegro volvió a defender durante la apertura del debate su postura de someterse a una cuestión de confianza, «pues sólo así Portugal puede evitar una degradación política e institucional que llegue a niveles indignos».
La cuestión de confianza responde a una necesidad «de verdad, transparencia, lealtad y para asegurar el buen funcionamiento de las instituciones», dijo Montenegro. El todavía primer ministro solo contó con el apoyo de su socio de gobierno conservador, el CDS, y los liberales, que entre los dos apenas suman diez diputados.
Esta última crisis política en Portugal surge después de que a mediados de febrero los medios de comunicación se hicieran eco de las actividades de Spinumviva, una empresa fundada por Montenegro cuando estaba fuera de la política y ahora gestionada por su mujer e hijos, que ha estado recibiendo pagos de otras compañías, como Solverde, en las que trabajó anteriormente el primer ministro.
En un último intento por salvar la cuestión de confianza, el Gobierno propuso una comisión de investigación de quince días, que rechazó el Partido Socialista al considerar que los plazos no son los idóneos para un «escrutinio serio».
«El plazo más serio es el propuesto por el PS, que son 90 días. El investigado no define los términos en que se elabora la investigación», ha dicho la portavoz parlamentaria socialista, Alexandra Leitao.
La de Montenegro es la decimosegunda cuestión de confianza planteada al Parlamento y la segunda en ser rechazada, desde que se restableció la democracia con la Constitución de 1976. El primer ministro cae después de menos de un año al frente del Gobierno. Desde 2019, Portugal no ha completado ninguna legislatura.
Así, los portugueses acudirán, previsiblemente en mayo, a las urnas por cuarta vez en apenas cinco años y medio. Montenegro, que ganó las elecciones derivadas de una crisis política aún sin esclarecer y que propició la renuncia de António Costa, ya ha adelantado que volverá a ser candidato.