Lula pide abolir el «carácter regresivo» de la arquitectura financiera mundial
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó este miércoles a «eliminar el carácter regresivo» de la arquitectura financiera mundial, que afecta principalmente a los países en desarrollo.
El mandatario brasileño participa en esta jornada en la reunión ministerial del G20, realizada en Nueva York, junto al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres; su par de Suráfrica, Cyril Ramaphosa y quien preside la Asamblea General de ese organismo multilateral, Philémon Yang.
Lula destacó que esta es la primera vez que los países que conforman el G20 se reúnen en la sede de la organización multilateral, donde la víspera el abrió el 79.º período de sesiones de la Asamblea General.
Brasil como integrante del G20 —aseveró— tiene como prioridad «la lucha contra todo tipo de desigualdades», lo que comprende temas como la «inclusión social», «enfrentamiento del cambio climático» y la «reforma de la gobernanza global».
Lula ratificó que la la comunidad internacional no logra responder a los desafíos globales «porque cambió el multilateralismo por acciones unilaterales».
La representación del Sur Global
El presidente brasileño aseveró que si los países ricos quieren «enfrentar las múltiples crisis de estos tiempos, el Sur Global debe estar plenamente representado en los foros de decisión».
Para ello, se necesitan «tres ejes de actuación«, el primero es la «eliminación del carácter fuertemente regresivo de la arquitectura financiera mundial», que impacta negativamente en el Sur Global. Asimismo, pidió la imposición de tributos a los «súper ricos» para «combatir la desigualdad y direccionar recursos para prioridades de desarrollo y acción climática».
Como parte de este punto, llamó a la ONU a volver a ocupar una «posición central» sobre temas económicos y financieras de relevancia mundial.
«Cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial fueron creados había doce asientos para un universo de 44 países. Actualmente, son 25 sillas para más de 190 países», dijo. Su propuesta es que las juntas ejecutivas tenga «por lo menos, 52 asientos».
En cuanto al segundo eje, exhortó a «repensar el sistema comercial internacional» y aseguró que la Organización Mundial de Comercio (OMC) está «paralizada por interese geopolíticos y económicos», lo que perjudica a los países en desarrollo.