La República Dominicana en la geopolítica mundial
-Primera parte-
La República Dominicana, en la geopolítica mundial es un punto poco relevante en términos de influencia e incidencia económica, social, política e ideológico-cultural. Sin embargo, en término regional (Caribe y Centro América) pudiéramos ser un gran eje de influencia, no solo por su posición geopolítica, sino también por las características y particularidades que les adornan: belleza natural para el turismo, la alegría y amabilidad de su gente y la fertilidad agrícola de su tierra.
Para la primera (turismo), no solo tenemos buenas y hermosas playas, sino que todo el territorio está bañado de hermosos lugares (saltos, ríos, montañas, lagos, valles, parques nacionales, islas, cayos, etc.). En el segundo, somos un país en el cual la alegría flota a flor de piel y bailamos hasta encima de una botella. En el tercer aspecto, somos autogestionarios en la agricultura, sobre todo en la producción de alimentos.
Haití produce muy poco y nosotros tenemos que suplirlos de casi todo, pero aun así, no tenemos una estrategia clara hacia este país, en la línea de desarrollar mayor influencia e incidencia, tanto en termino económico, socio-político como ideológico-cultural. Nosotros deberíamos ser el de mayor influencia en Haití. Sin embargo, somos uno de los países de mayor rechazo entre su población.
¿Qué decir de los demás países del Caribe insular, los cuales, en términos políticos, son trece (13) estados independientes, incluyendo el nuestro: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Cuba, Dominica, República Dominicana, Granada, Haití, Jamaica, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, y Trinidad y Tobago, con una población total, estimada en 39 millones de habitantes.
Asimismo, dentro de la región del Caribe también se incluyen los territorios de ultramar del Reino Unido (Anguila, Islas Vírgenes Británicas, las islas Caimán, las islas de Turcos y Caicos y Monserrat); de los Estados Unidos (Islas Vírgenes y Puerto Rico); de Francia (Martinica y Guadalupe); los estados autónomos de los Países Bajos (Aruba, San Martín y Curazao); y el denominado Caribe Holandés (Bonaire, Saba y San Eustaquio). Surinam y Guyana se consideran parte de América del Sur y Belize de Centro América.
A muchos de estos países pudiéramos suplirle de productos agrícolas, entre otros de naturaleza agroindustrial. ¿De cuantos millones de consumidores estamos hablando? Para ello necesitaríamos una clase gobernante con mayor sentido de pertenencia y una visión más estratégica.
A pesar de nuestra ubicación geográfica y de nuestra características especiales y particulares, no tenemos puertos multimodales que conecten el caribe y Centroamérica (Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua) con el país, como lo seria el de Manzanillo, apenas a unas cuantas millas de Miami y de muchos países de la región del Caribe.
Igualmente, no tenemos un centro operativo de vuelos regionales, tal como lo tiene Panamá, para colmo ni linea aérea oficial.
Estamos rodeados de agua (El Caribe y el Atlántico), pero no desarrollamos la pesca a nivel macro y ni promovemos su consumo a nivel masivo, ayudando a crear nuevos hábitos alimenticios al pueblo dominicano y desarrollando una verdadera industria pesquera.
Este país lo tiene todo, como lo dice el Ministerio de Turismo, para convertirse en una potencia regional en el Caribe, pero debemos trascender nuestro pensamiento y cultura de isla en nuestro quehacer cotidiano. Punta Cana es el mejor ejemplo de que se puede, cuando se tiene la voluntad y la visión estratégica y se producen alianzas público-privadas efectivas y eficaces.