«Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país»
Frente a una multitudinaria manifestación de sus partidarios, que se congregaron para celebrar la victoria, Luiz Inácio Lula da Silva dio su primer discurso tras ganar las elecciones presidenciales frente a Jair Bolsonaro por un estrecho margen.
«Considero que tuve un proceso de resurrección en la política brasileña. Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país», le dijo a sus seguidores.
«Es una situación muy difícil, pero estoy seguro que con la ayuda de la gente encontraremos una salida y restauraremos la paz», dijo sobre la polarización que vivió el país entre dos candidatos antagónicos.
Durante la intervención, Lula dijo que durante su gobierno combatirá el hambre de millones de brasileños que no han logrado mejorar sus condiciones de vida.
«El compromiso más urgente es acabar con el hambre», señaló el izquierdista que fue presidente de 2003 a 2011.
Reiteró su compromiso con la industrialización del país, devolver el protagonismo de Brasil en la esfera internacional y defender la Amazonía de los intereses comerciales.
Agregó que enfrentará sin tregua el racismo y que buscará reconstruir el alma del país.
«Restablecer la paz»
El expresidente se comprometió este domingo a «restablecer la paz» y gobernar para «todos» en un Brasil profundamente dividido.
«Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente«, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo.
«Esta elección puso frente a frente a dos proyectos diferentes de país, pero hubo un solo ganador, el pueblo brasileño. Esta es la victoria de un inmenso movimiento democrático que se formó dejando de lado intereses político y personales para que la democracia salga victoriosa», aseguró.
«La mayoría del pueblo dejó bien claro que desea más y no menos democracia, más y no menos inclusión social, más y no menos respeto y entendimiento entre los brasileños. El pueblo desea más libertad, igualdad y fraternidad en nuestro país. El pueblo quiere vivir bien, comer bien», indicó.
Con el 99,89 % de los votos escrutados, Lula, ganó las presidenciales con un 50,90 % de los votos, frente al 49,10 % que obtuvo el líder derechista.
«No existen dos Brasiles, somos un único país, un único pueblo, una gran nación», afirmó el representante de la izquierda.
«A nadie le interesa vivir en un estado permanente de guerra. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar las armas. Las armas matan y nosotros escogemos la vida«, dijo acompañado de sus aliados más cercanos.
En otros temas que fueron prioritarios durante su campaña, prometió «fortalecer» la lucha contra la violencia machista y «enfrentar sin tregua el racismo y la discriminación»para que «blancos, negros e indígenas tengan los mismos derechos».
«El desafío es inmenso, es necesario reconstruir este país en todas sus dimensiones. Necesitamos reconstruir el alma de este país, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo», afirmó en un pronunciamiento que buscó tender la mano a todos en un país extremadamente polarizado.
Lula ha recibido felicitaciones de mandatarios latinoamericanos como Andrés Manuel López Obrador, Gustavo Petro, Gabriel Boric. También fue felicitado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien calificó las elecciones presidenciales en Brasil de «libres, justas y fiables».
Hasta el momento de publicación de esta nota, Jair Bolsonaro, no le ha concedido la victoria.