Hijo de Martí, Gómez y Fidel
Ver al presidente Cuba, Miguel Díaz Canel Bermúdez, caminar por por las calles de La Habana y otras ciudades con otros ciudadanos sin estridencias, conversando con la gente y respondiendo preguntas de la prensa habla bien de un hombre que demuestra gran sinceridad.
Reconoce los problemas que toda la población cubana atraviesa, no los oculta, pero explica de dónde vienen y expresa los espartanos esfuerzos que hace Cuba para superar el brutal e ilegal bloqueo económico y comercial de la potencia más grande de la tierra contra un país pequeño del Caribe. Al ver las imágenes y escuchar sus palabras, sin dudas vi a un hombre preocupado por sus ciudadanos, que da explicaciones sobre cómo el sistema de salud cubano, sin cobrar un centavo por una prueba PCR ni por el internamiento y tratamiento de los contagiados, ha tenido que multiplicar los servicios para enfrentar los rebrotes de la pandemia.
Un servicio de salud gratuito y universal que sufre como nadie las consecuencias del inhumano bloqueo con deficiencias de medicinas y suministros esenciales. Un presidente que da la cara y que no rehúye a debatir los problemas del país, pero que exige cordura y sensatez en estos momentos difíciles de pandemia, cuando los que más sufren son los cubanos y cubanas. Hoy vi un Presidente crecido ante la adversidad, grande y firme. Un hijo noble de Martí, de Gómez y de Fidel.
Iván Peña
Presidente Fundación Máximo Gómez de República Dominicana.