Dimite la primera ministra británica, Liz Truss, después de tan solo 44 días en el cargo
La primera ministra británica, Liz Truss, ha anunciado este jueves su dimisióncomo líder del Partido Conservador tras 44 días en el cargo y dejará la jefatura del Gobierno en cuanto se elija a su sucesor en una elección interna la semana próxima. Hasta entonces, continuará en funciones. Truss se convierte en la jefa de Gobierno más breve en la historia del Reino Unido.
«Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador. He hablado con su majestad el rey para decirle que renuncio como líder del Partido Conservador», dijo en un breve mensaje a las puertas de su residencia en el 10 de Downing Street de Londres.
Truss explicó que esta mañana se reunió con el presidente del Comité 1922 -que agrupa a los diputados tories sin cartera-, Graham Brady, y ambos convinieron en que la elección interna para nombrar a un sucesor se celebre «la semana próxima».
Truss abrió su declaración con una referencia al «momento de gran inestabilidad económica e internacional» en la que llegó al cargo, que asumió el pasado 6 de septiembre tras vencer en unas primarias de su partido tras forzar los tories la salida de Boris Johnson. Truss reconoció que en la actual situación no podrá cumplir sus objetivos.
Con la renuncia de Truss culmina uno de los períodos más excepcionales y convulsos de la historia reciente británica, que acaba con el mandato más breve de un primer ministro británico. Lo cierto es que, sin la legitimidad con la que contaba Johnson gracias a su aplastante victoria en 2019 ni un gran respaldo en sus propias filas, Truss aterrizó en Downing Street con pies de barro.
Tras el anuncio de Truss, el líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, en la oposición, exigió este jueves la convocatoria de elecciones generales. «El Partido Conservador ha demostrado que ya no tiene mandato para gobernar. Después de doce años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos», afirmó Starmer en una declaración.
Starmer no ha sido el único en pedir elecciones anticipadas. La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, se sumó este jueves a esa petición por considerar que son «un imperativo democrático». En esta línea se pronunció también el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey: «No necesitamos otro primer ministro conservador que vaya tambaleándose de crisis en crisis».
Truss se hallaba en la cuerda floja desde que el pasado 23 de septiembre, la presentación de su plan fiscal, con una masiva bajada de impuestos, había sembrado el caos en los mercados y despertado la desconfianza en la economía británica. Su plan contemplaba la mayor bajada de impuestos en medio siglo –especialmente a los más ricos–, sin más alternativa para financiarla que endeudar al país; los mercados respondieron disparando la prima de la deuda soberana y hundiendo la libra. Tal fue el revuelo, que Truss tuvo que rectificar su plan a los pocos días y prescindir de su entonces ministro de Finanzas. Kwasi Kwarteng, en último intento por salvarse.
Ese día fue el principio del fin para Truss. A partir de entonces solo pudo dedicarse a destituir a Kwarteng y enmendar una por una todas sus medidas, hasta llegar a la humillación final de ver al nuevo ministro de Economía, Jemery Hunt, desmontar este lunes por completo ante el Parlamento un plan lleno de «errores».
En las últimas horas, el número de diputados conservadores que pedían su dimisión se había disparado, sobre todo tras la dimisión el miércoles de la ministra del Interior, lo que hacía prácticamente insostenible su continuidadal frente del Ejecutivo británico.