Detienen cientos de personas en Londres acusadas de «terrorismo» por protestar pacíficamente contra genocidio de Gaza

23-11-2025
Mundo
Público, España
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«No me gusta decir que soy judía, pero hoy siento que es mi obligación decirlo y gritarlo a los cuatro vientos. Israel está asesinando en mi nombre y mi gobierno, el británico, lo está apoyando.

Por eso estoy aquí protestando hoy», afirmaba con serenidad Carolyn Gelenter, ciudadana judía británica e hija de un superviviente del Holocausto, que fue una de las cien personas detenidas hoy en Londres acusadas de terrorismo.  

El Jardín de la Paz, en la céntrica Tavistock Square (Londres), fue el escenario de la última gran protesta del movimiento británico de solidaridad con Palestina.

Un centenar de personas han sido detenidas y acusadas de violar el artículo 13 de la ley antiterrorista británica –el Terrorism Act (TACT)– por mostrar su apoyo a la organización Palestine Action, catalogada como «terrorista» por el gobierno británico en julio de este año.

La protesta, que Defend Our Juries (DoJ) convoca periódicamente desde que Palestine Action fue proscrita, consiste en una sentada pacífica en la que los manifestantes portan un cartel en el que puede leerse «I oppose genocide. I support Palestine Action« (Me opongo al genocidio. Apoyo a Palestine Action, en español).

En total, según cifras facilitadas por DoJ, más de 2.300 personas han sido arrestadas en estas acciones desde julio por «vestir, transportar o exhibir cualquier artículo, incluso en Internet, que genere una sospecha razonable de que la persona es miembro o simpatizante de una organización proscrita».

Este delito conlleva penas que pueden ascender a seis meses de cárcel, incapacidad de acceder a empleos públicos o universidades o la negación de visas para viajar a EEUUAustralia y otros países europeos.

«Estamos en un momento determinante, hemos multiplicado nuestras acciones porque esta semana [el miércoles 25 de noviembre] comienza el juicio que determinará si Palestine Action sigue siendo considerada una organización terrorista o no», afirma un miembro de DoJ que prefiere mantener el anonimato.

Desde el lunes 18 de noviembre hasta el domingo 29 del mismo mes, la organización ha convocado acciones similares en una veintena de ciudades británicas. «No solo denunciamos la complicidad del Gobierno británico con el genocidio palestino; también defendemos nuestro derecho a la libertad de expresión y manifestación», sostiene la misma fuente. «Si pueden reprimir un movimiento de solidaridad que condena un genocidio, ¿qué no harán contra otras luchas sociales?».

Para Angie Zelter, fundadora de DoJ y activista galesa de 74 años, «ser indiferente no es una opción», asegura. «Si perdemos el juicio y se mantiene la proscripción de Palestine Action, seré juzgada por terrorismo. Es terrible afrontar estos cargos, pero es peor no hacer nada ante un genocidio como el de Gaza», dice.

Carolyn Gelenter, ciudadana judía británica e hija de un superviviente del Holocausto

«Mi padre es armenio y tuvo que huir de un genocidio. Todavía hay memoria viva del exterminio, no podemos repetir los errores del pasado. Piensa global y actúa localmente», afirmaba poco antes de ser detenida por octava vez en este tipo de protestas.

En la misma línea se muestra Dave Killory, ebanista de 66 años natural de Plymouth (sureste de Inglaterra): «Mi abuelo no luchó contra los nazis para que ahora estemos sufriendo esta represión y este retroceso en nuestros derechos. Lo único que me preocupa de ser arrestado hoy es mi familia, pero por suerte lo entienden y me apoyan; de hecho, estoy haciendo esto por mis hijas y mis nietas, porque podrían ser ellas las que están muriendo en Gaza». 

Para Killory, el juicio que comienza este miércoles «es la prueba definitiva para saber si nuestra Justicia es verdaderamente libre o está secuestrada por el lobby sionista». «Estamos pidiendo que se deje de vender armas a un país que está cometiendo un genocidio, no es ninguna locura, solo que hagan lo correcto», afirma.

Entre los detenidos en la acción de este sábado se encontraban jubilados y personas con movilidad reducida que fueron trasladados por la fuerza por un imponente despliegue de seguridad que implicó a varios centenares de agentes.

Unos cincuenta furgones policiales rodearon el llamado Jardín de la Paz horas antes de la protesta. Pasadas las doce del mediodía, y a pesar de la copiosa lluvia, los activistas comenzaron a concentrarse junto a la estatua de Mahatma Gandhi que preside el parque.

Además de los participantes en la acción, un numeroso grupo de manifestantes se desplazó hasta la plaza de Tavistock para mostrar su apoyo a los detenidos.

El criterio para ser arrestado o no se limitaba a portar un cartel que hiciese referencia a la organización Palestine Action.

Pocos minutos después de que los primeros participantes desplegaran sus carteles, decenas de agentes de Policía comenzaron a formarse en hilera esperando indicaciones de un superior.

«Cuatro para a este», gritaba el responsable del dispositivo. Y de manera inmediata cuatro uniformados se aproximaban al manifestante en cuestión, retiraban su cartel y le informaban que quedaba bajo arresto por «violar el artículo 13 de la ley antiterrorista».

En caso de que el detenido se negase a ponerse de pie, los agentes procedían a levantarlo y trasladarlo hasta un furgón policial.

Para Gelenter, hija de un superviviente del Holocausto, «la represión no podrá frenar el movimiento de solidaridad». «Muchas veces me pregunto qué hizo la gente en Alemania cuando detenían y perseguían a gente como mi padre. Bueno, yo no quiero ni puedo mirar a otro lado. Asumo el coste de apoyar a Palestina, aunque eso suponga mi detención», sentenció.