Las mujeres, las personas
¿Vale la pena incurrir en la misma comparación de siempre de que si las mujeres somos de tal o cual manera?
Las mujeres nos criamos en la misma sociedad que los hombres, a ambos nos han hecho entender lo que se supone que es “normal”. Por eso, habrá mujeres que al igual que muchos hombres, han asumido la normalización de un rol preestablecido a nuestro género en función a servir, a cuidar, a atender.
¿Ha dado resultado la condescendencia anual a favor de las hijas, hermanas, esposas y madres de los hombres como solidaridad frente a la violencia que enfrentamos? ¿En serio?
Piénsalo.
¿Para entender que merecemos respeto y consideración hay que verlo como una relación en función al hombre?
La hija, la madre, la esposa, la hermana de un hombre.
Piénsalo.
¿Y qué tal te parece si mejor nos ves como una persona igual que tú, con diferencias físicas, pero con exactamente los mismos defectos y virtudes que tú?
Somos las personas que nos ha tocado cargar con la actitud de ser poseídas por otras y si decidimos no querer continuar en una relación sentimental, hasta perdemos la vida.
Somos las personas que hemos participado en todas las luchas sociales colectivas, y luego, nos dejan fuera de las conquistas y tenemos que volver a luchar por nosotras.
Somos las personas que encabezan los chistes que normalizan que nuestro diario vivir es joder, mientras el otro grupo de personas que nos acompañan pueden dedicarse a emborracharse y descuidar sus responsabilidades, sin que eso sea “joder”, a pesar de que así joden hasta familias.
Somos las personas que han sabido tomar riesgos ante una dictadura, militando en su contra para que la historia nos quiera recordar como esposas antes que políticas revolucionarias y valientes.
Ninguna persona merece morir injustamente.
Ninguna mujer merece ser violentada día a día mediante el humor, la música, el acoso y menos la muerte por ser DEL otro grupo de personas que existe. Piénsalo.