Un 16 de junio nació la especialista en citogenética Barbara McClintock (1902–1992) descubridora de “los genes saltarines”, por lo que obtuvo el premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1983.

Nació en Hartford, Connecticut (EEUU). Se doctoró en Botánica en 1927 por la Universidad Cornell, donde luego lideró el grupo de citogenética del maíz.

A finales de la década de 1920, estudió los cambios producidos en los cromosomas durante la reproducción del maíz y puso de manifiesto, mediante métodos de microscopía desarrollados en su laboratorio, procesos como la recombinación genética que se produce durante la meiosis.

Iniciadora de la cartografía genética en maíz, describió el 1er mapa de ligamiento de este genoma y puso de relieve el papel de los telómeros y centrómeros.

Por el gran nivel de su trabajo científico, fue galardonada en varias ocasiones, entrando a formar parte de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU en 1944.

En agosto de 1931 publicó su descubrimiento del proceso de transposición de elementos del genoma y lo empleó para explicar cómo los genes determinan ciertas características físicas. Desarrolló hipótesis sobre la regulación de la expresión génica y la transmisión de los caracteres de los parentales a la progenie de plantas de maíz.

El hecho de que los genes del maíz pudieran transferir sus posiciones en los cromosomas fue visto con escepticismo por parte de sus colegas, por lo que dejó de publicar sus datos en 1953 y se dedicó al estudio de la citogenética y etnobotánica de las razas sudamericanas de maíz.

Pero años después otros científicos publicaron los mecanismos de regulación de la expresión génica que ella había descrito y postulado más de 20 años antes.

Como galardón a sus descubrimientos en el campo de la transposición genética, en 1983 le fue adjudicado en solitario el premio Premio Nobel de Medicina y Fisiología, siendo la primera mujer y la única que lo ha recibido en solitario.

Falleció un 3 de septiembre con 90 años.

Hoy Día Internacional de la Biotecnología nos parece muy adecuado recordar en su cumpleaños a esta científica cuyos aportes también ayudaron a la fundación de esta nueva disciplina. Gracias a las unas a las hermanas Terrón de ConCieMcia por este aporte.