Un cinturón verde protector ayuda a una ciudad en México a defenderse del cambio climático
La ciudad de Xalapa (México) está rodeada por más de 5.300 hectáreas de bosque de montaña, una auténtica esponja verde que absorbe el agua de lluvia y la libera lentamente para el beneficio de sus habitantes en las zonas de menos altitud.
Al menos esto es lo que solía ocurrir en condiciones normales.
Sin embargo, debido al cambio climático y a la deforestación, esta capa arbórea protectora de Xalapa está siendo destrozada. Esta situación pone en grave peligro el suministro de agua para unas 600.000 personas y expone las laderas sin vegetación de Xalapa a sufrir deslizamientos de tierra.
CityAdapt es una iniciativa dirigida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). La iniciativa está ayudando a los habitantes de Xalapa a construir una barrera protectora de plantas y árboles en lo alto de las colinas de la ciudad. Este escudo defensivo se complementa con la construcción de depósitos de captación de agua de lluvia, que ayudan a la población a prepararse y adaptarse ante el aumento de las sequías, otra de las consecuencias de la crisis climática.
«Xalapa es una paradoja», afirma Sergio Angón, Coordinador Nacional de Proyectos de CityAdapt. A pesar de sus 1.400 mm de precipitaciones anuales, sigue sufriendo escasez de agua.
«Todo esto es consecuencia del cambio climático».
El tipo de trabajo que se está realizando en Xalapa se denomina ‘adaptación al cambio climático’ y fue objeto de debate el mes pasado en Panamá, país en el que se congregaron múltiples gobernantes con motivo de la Semana del Clima de América Latina y el Caribe. El evento sirvió de antesala a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP28, que se celebrará a finales de este mes en los Emiratos Árabes Unidos.
La COP 28 se celebra en un momento en que los efectos del cambio climático se aceleran y se hacen más notorios en todo el mundo. De hecho, si no se mejoran las políticas gubernamentales actuales, los países provocarían un calentamiento global de 2,8 °C o más de aquí al año 2100, lo que podría desencadenar una cascada de fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, olas de calor e inundaciones. Tal y como se indica en el Informe sobre la Brecha de Adaptación 2023 del PNUMA, los países en desarrollo necesitarán gastar hasta US$ 387.000 millones anuales en medidas de adaptación para hacer frente a las consecuencias del cambio climático. De momento, disponen tan solo de una pequeña parte de ese monto.
Por esta y otras razones cobra tanta importancia la iniciativa de Xalapa, que se basa en combinar infraestructuras naturales y urbanísticas de bajo costo.
Xalapa es la ciudad capital del estado de Veracruz y obtiene casi el 38% de su agua potable de los bosques de niebla que se extienden sobre la urbe.
No obstante, la población de Xalapa se ha multiplicado por siete en los últimos 30 años; esta expansión urbana está acabando con la cubierta arbórea, aseguró Sergio Angón. Las personas expertas en el tema afirman que el bosque de niebla que rodea Xalapa es uno de los ecosistemas más vulnerables de México, ya que su área de cobertura se ha reducido al 1% de su tamaño original.
Desde 2017, CityAdapt busca restablecer el equilibrio entre el bosque y la ciudad mediante la protección y restauración de los ecosistemas.
El proyecto produjo una evaluación de las vulnerabilidades de Xalapa al cambio climático. Ello puso de manifiesto que el cinturón verde de la ciudad, que incluye un cerro llamado Estropajo y el humedal Molinos de San Roque, era vital para filtrar el agua, aumentar las reservas de aguas subterráneas y prevenir inundaciones.
Los equipos responsables del proyecto, junto con las autoridades locales, han colaborado en la recuperación del cinturón verde, sembrando más de 6.000 plantas, entre ellas 3.900 árboles. Muchos de esos árboles se entregaron a las familias locales, a quienes se les enseñó a cuidarlos.
«Estamos encantados de trabajar con el PNUMA en este proyecto», declaró Juan Carlos Contreras, secretario de medio ambiente de Xalapa. «En Xalapa estamos en primera línea de la lucha contra el cambio climático y las soluciones basadas en la naturaleza desempeñan un papel crucial para protegernos».
Habiendo reconocido que el proceso de reverdecimiento tardaría en dar sus frutos, CityAdapt también ayudó a construir 12 sistemas de recogida de agua de lluvia en escuelas y edificios públicos. Estos sistemas están diseñados para contrarrestar la sequía y garantizan el suministro de agua a más de 20.000 habitantes.
Su éxito llevó al municipio a instalar más de 100 sistemas adicionales, la gran mayoría en viviendas, que beneficiaron a 1.200 personas más.
«Los sistemas de captación de agua de lluvia pueden ser la solución duradera para las comunidades vulnerables afectadas por el cambio climático, y si además [estos sistemas] se complementan con la restauración y protección de los ecosistemas, los resultados son aún mejores», señaló Jessica Troni, Jefa de la Unidad de Adaptación al Cambio Climático del PNUMA.
La Universidad Veracruzana, una de las más prestigiosas de México, se asoció con el PNUMA para construir tres sistemas de aprovechamiento de aguas lluvias. La institución había luchado durante mucho tiempo para suministrar agua a sus estudiantes, viéndose obligada en ocasiones a transportarla en camiones cisterna.
«Durante los períodos de escasez de agua, Xalapa solía tener agua municipal apenas suficiente para [abastecernos] unos pocos días a la semana», explica Laura Bello, responsable del grupo de sostenibilidad de la universidad. «Hemos visto lo importantes que pueden ser las soluciones de adaptación de bajo costo, como la captación de agua de lluvia, para la seguridad hídrica en las ciudades».
Junto con Xalapa, CityAdapt trabaja para ayudar a Kingston (Jamaica) y San Salvador (El Salvador) a hacer frente a la crisis climática. Al combinar la infraestructura verde (como los bosques) con la infraestructura gris (como los tanques de captación de agua), su objetivo es aumentar la resiliencia climática de unas 100.000 personas.
«Los beneficios de la infraestructura gris pueden ser más inmediatos, mientras que la infraestructura verde es más holística y aporta beneficios añadidos, como el fomento de la biodiversidad y los atractivos urbanos», explica Jessica Troni. «Un enfoque combinado gris-verde aprovecha lo mejor de ambos mundos».
El proyecto CityAdapt se titula Construcción de Resiliencia Climática en Sistemas Urbanos mediante la Adaptación basada en Ecosistemas AbE, en América Latina y El Caribe. Si desea obtener más información sobre CityAdapt y la colaboración del PNUMA con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) en materia de adaptación al cambio climático, comuníquese con [email protected].