Tala con permisos en pinares de la Sierra amenaza pino endémico
Dice Francis Metz en un comentario a mi publicación del ocho de febrero en una red social de un vídeo de un camión cargado de madera, que es madera de pino caribe (Pinus caribaea Morelet) y que es de plantaciones, no de bosques naturales y que “yo como bióloga debería conocer el fuste de la madera a simple vista”.
En primer lugar debo aclarar que tengo una maestría en botánica y ecología, no soy forestal, y que incluso para un forestal no es fácil identificar la especie de árbol por su tronco en un vídeo de un camión en movimiento.
Que yo sepa, hay plantaciones de P. caribaea en la Sierra del lado de Santiago Rodríguez desde hace 40 hasta dos años. De diferentes variedades de esa especie introducida. Las plantaciones deben ser supervisadas y monitoreadas porque no es un hobby, es un negocio, y esa data de crecimiento de los árboles es necesaria para evaluar la viabilidad, adaptabilidad y eficiencia de los proyectos forestales.
Ahora bien, si las decenas de camiones que están circulando a diario por los caminos de la Sierra y del lado de Santiago Rodríguez, también cargados de madera de pino, aunque sean solo de plantaciones, es mucha madera. Se sabe que ha habido talas en: Corocito, Los Ramones, Jicome, La Cienaga y donde un tal Cruz dicen que eran todos criollos. Es raro que de pronto decidieran cosecharlas todas al mismo tiempo. También es raro que los caminos estén en malas condiciones y que previendo no se hayan mantenido con mejor acceso. También es raro, conociendo a los dueños de plantaciones, que no hayan aprovechado antes su producción maderera.
En el vídeo también se puede observar que es una zona húmeda, probablemente bosque nublado, de ahí el lodo anaranjado propio de suelos lateríticos de montaña. Esas zonas son de vocación forestal, es verdad, pero también son zonas productoras de agua de las cuencas hidrográficas de la Cordillera Central. Por lo tanto, toda actividad debería estar supeditada a la más estricta vigilancia y ser llevada a cabo con la planificación, cuidado y transparencia que demanda.
¡Es un crimen solo por eso! Por otro lado es sabido, y lo he denunciado, que es una mala maña de las autoridades encubrir los cortes de nuestro pino criollo (Pinus occidentalis Swartz) solapandolos con la cosecha de las mencionadas plantaciones del pino caribea. También con incendios, para luego otorgar concesiones de madera quemada. Otro pretexto para cortar pinos criollos fue cortar los que estaban dizque infectados por el escarabajo plaga, como ocurrió en La Cejita, de Jánico.
Cualquier situación es una excusa para sustituir los Pinares Naturales de la Sierra por plantaciones de cualquier cosa y hacer nuevos millonarios, o más ricos a los que ya lo son con nuestro Patrimonio Natural.
Por otro lado nuestro pino criollo es una especie endémica que es única y diferente a todos los demás pinos del mundo; que pasó de ser abundante en nuestras montañas a estar en preocupación menor, precisamente por el corte indiscriminado de los Pinares en todo el País.
José Enrique Rodríguez es un Biólogo cubano que hizo su tesis doctoral en 2016 con Pinus occidentalis y dice lo siguiente: “…hoy en día muchas especies y poblaciones están en clara regresión, siendo los factores antropogénicos, p.e. sobreexplotación, incendios, etc, uno de los motivos fundamentales de la pérdida de masa forestal. La situación puede ser dramática si tenemos en cuenta las condiciones de cambio climático previstas en un futuro próximo. Pinus occidentalis y otras coníferas no son una excepción a este regla, siendo motivo de preocupación en países del entorno Caribeño, tales como México, Guatemala, Cuba y República Dominicana”.
Esta es la penosa situación de amenaza para nuestros pinares y cuencas hidrográficas del país.
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