Sin guerras, mejor humanidad y más cuidado del medio ambiente
El 40 por ciento de los conflictos internos en los últimos 60 años están relacionados con la explotación de recursos naturales y el impacto medioambiental de las guerras en todo el planeta es hoy devastador y multifacético.
Así lo confirman varios organismos internacionales que aprovechan esta jornada del Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra para hacer un llamado global a implantar la paz, por la humanidad y la Tierra.
La Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) declaró la fecha desde 2002 a fin de difundir que la preservación del medio ambiente es fundamental en las estrategias para prevenir conflictos y mantener la armonía.
Este día busca resaltar la importancia de integrar la sostenibilidad ambiental en las estrategias de paz y resolución de conflictos, así como fomentar la responsabilidad de los Estados y las organizaciones internacionales para prevenir la degradación ambiental que puede resultar de la guerra.
“La humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de muertos y heridos, de ciudades destruidas, de medios de vida arruinados; sin embargo, el medio ambiente es con frecuencia la víctima olvidada: pozos de agua contaminados, cultivos quemados, bosques talados, suelos envenenados y animales sacrificados, todo se ha dado por válido para obtener una ventaja militar”, señala un informe de la ONU.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) consideró sin precedentes el impacto ambiental del conflicto en Gaza, que ha generado 39 millones de toneladas de escombros y estimó que por cada metro cuadrado del enclave existen más de 107 kilogramos de esa basura, más de cinco veces la cantidad de desechos generados por el conflicto de 2017 en Iraq.
“La población no solo tiene que hacer frente a los indecibles sufrimientos de la guerra en curso, sino que los importantes y crecientes daños ambientales en Gaza corren el riesgo de encerrar a su población en una dolorosa y larga recuperación”, advierte el reporte reciente.
En ese sentido confirma que los palestinos atrapados en Gaza permanecen expuestos a una contaminación del suelo, el agua y el aire en rápido aumento y a riesgos de daños irreversibles en sus ecosistemas naturales.
Diversas agencias internacionales relacionadas con el cuidado del medioambiente coinciden en que la guerra tiene un impacto devastador pues no solo está en juego la supervivencia humana, sino también la de muchas especies.
Las principales consecuencias de los conflictos bélicos para el entorno natural son: contaminación del agua y el aire, destrucción de ecosistemas, aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, desplazamiento de poblaciones y presión sobre recursos naturales.
A ello se suman la contaminación de suelos y acumulación de residuos tóxicos, la alteración de ciclos naturales y la amenaza para la seguridad alimentaria.