Siguen priorizándose los combustibles fósiles
Siguen priorizándose los combustibles fósiles. La intensidad de carbono del sistema energético mundial (el sector que más contribuye a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero) se ha reducido en menos de un 1%. Con respecto a los niveles de 1992, cuando se adoptó la CMNUCC, en la que los países acordaron prevenir el peligroso cambio climático provocado por el hombre y sus efectos negativos sobre la salud humana.
Al ritmo actual de cambio, la descarbonización total del sistema energético llevaría 150 años Un plazo que está muy lejos de las exigencias de mantener el calentamiento global en 1,5 °C, tal y como se recoge en el Acuerdo de París.
Continúan los subsidios
Los gobiernos siguen fomentando la producción y el consumo de combustibles fósiles. Ya que 69 de los 86 gobiernos analizados en el Alarmante Informe mundial: The Lancet subvencionan efectivamente los combustibles fósiles. Lo hicieron por un total neto de 400.000 millones de dólares en 2019. Teniendo en cuenta la contribución tanto de los instrumentos de tarificación del carbono como de las subvenciones a los combustibles fósiles.
Estos subsidios superaron el 10% del gasto sanitario nacional en 31 de los países. Y superaron el 100% en otras cinco naciones. Al mismo tiempo, los gobiernos no han aportado hasta ahora la suma menor de 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a la acción climática en los países de menor renta. Una meta que se comprometieron a alcanzar para 2020 en el Acuerdo de Copenhague. Y que pone en grave peligro la transición justa hacia un futuro saludable.
Las estrategias actuales de 15 de las mayores empresas de petróleo y gas llevarían a que su producción de gases de efecto invernadero superara su cuota de emisiones compatibles con 1,5°C de calentamiento en un 37 % en 2030
Estrategias climáticamente inaceptables
Independientemente de sus reivindicaciones y compromisos climáticos, las estrategias actuales de 15 de las mayores empresas de petróleo y gas no son viables. Puesto que llevarían a que su producción de gases de efecto invernadero superara su cuota de emisiones compatibles con 1,5°C de calentamiento en un 37 % en 2030, y en un 103% en 2040.
Como muchas empresas registran beneficios récord este año, retrasan aún más sus inversiones para una transición energética sin emisiones de carbono. Y esta situación amenaza con alejar permanentemente al mundo del cumplimiento de los compromisos establecidos en el Acuerdo de París.
Lentitud en adopción de renovables
Mientras tanto, los retrasos en la adopción y el acceso desigual a las energías limpias han dejado a los hogares dependientes del uso de combustibles sucios, expuestos a la pobreza energética y a niveles peligrosos de contaminación del aire en interiores. La biomasa (como la leña o el estiércol) contribuirá hasta el 31 % de la energía consumida en el sector doméstico en todo el mundo en 2020, llegando al 96 % en los países de ingresos bajos y medios.
Las concentraciones domésticas de contaminación atmosférica por partículas peligrosas (PM2,5) superan en 30 veces la recomendación de la OMS en 2020 en los 62 países evaluados, exponiendo a las familias a niveles peligrosos de contaminación atmosférica. Siguen priorizándose los combustibles fósiles.
Según el trabajo, las crisis mundiales no pueden abordarse de forma aislada, sino que es necesario un enfoque unificado y cohesionado para crear soluciones equitativas para todos. No hacerlo empeoraría los resultados sanitarios generales. Menos de un tercio de los 3,1 billones de dólares gastados en la respuesta a la pandemia de la covid-19 reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero o la contaminación atmosférica.
Respuestas miopes
Ahora, dice el informe, «las respuestas miopes a la crisis energética y a la crisis del coste de la vida amenazan con agravar el cambio climático, ya que muchos gobiernos y empresas están volviendo a recurrir al carbón, amenazando aún más la salud y la supervivencia de las personas».
«Las estrategias actuales de muchos gobiernos y empresas encerrarán al mundo en un futuro fatalmente más cálido, atándonos al uso de combustibles fósiles, que están cerrando rápidamente las perspectivas de un mundo habitable. Esto es el resultado de una profunda incapacidad para reconocer la necesidad de una urgente repriorización de la financiación para asegurar un futuro saludable, asequible y sin emisiones de carbono».
Esto lo afirma el profesor Paul Ekins, jefe del grupo de trabajo de Lancet sobre economía y finanzas y profesor de política de recursos y medio ambiente en la Bartlett School del University College de Londres (Reino Unido). Siguen priorizándose los combustibles fósiles.