Panamá emplea energía solar para calentar agua y reducir la deforestación
A unas decenas de kilómetros tierra adentro de la costa norte de Panamá se encuentra la escuela Hato Chami.
En medio de carreteras sinuosas, árboles verdes y montañas impresionantes, la escuela cuenta con más de 1.000 estudiantes, la mayoría pertenecientes a uno de los grupos Indígenas más numerosos de Panamá, los ngäbe.
La escuela, de una única planta, destaca entre los demás edificios de la empobrecida comarca de Hato Chami por los calentadores solares de agua instalados en su tejado. Los dispositivos instalados recientemente permiten a los alumnos ducharse con agua caliente y facilitan al personal hervir el agua a la hora de preparar los alimentos.
«La gente cree que, como Panamá es un país cálido, no necesita agua caliente», explica Luis Navntoft, asesor de Termosolar Panamá, una alianza respaldada en parte por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que instaló los calentadores solares de agua. «A menudo la gente no es consciente de la necesidad de disponer de fuentes de calor, ya sea para calentar agua o para cocinar».
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Termosolar cuenta con la financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Secretaría Nacional de Energía, el Ministerio de Medio Ambiente, el Banco General, la Universidad Tecnológica de Panamá y el Panama Green Building Council.
Se espera que asociaciones innovadoras como Termosolar centren los debates del 20 de septiembre, cuando los líderes mundiales se reúnan en la Cumbre sobre la Ambición Climática de Nueva York. Esta cumbre, que forma parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, tiene por objeto impulsar el esfuerzo mundial para contrarrestar la crisis climática y adaptarse a ella.
«La gente cree que, como Panamá es un país cálido, no necesita agua caliente. A menudo la gente no es consciente de la necesidad de disponer de fuentes de calor, ya sea para calentar agua, cocinar o la climatización».
Luis Navntoft, Termosolar Panamá
Hato Chami no es un caso aislado en América Latina y el Caribe. Muchas escuelas, hospitales y hogares carecen de agua caliente. Los calentadores eléctricos son caros y hasta hace poco la energía solar era un bien sin explotar. Muchas comunidades dependen de la leña para calentarse y la tala de árboles conduce a la deforestación.
A escala mundial, los árboles absorben el 30% de las emisiones procedentes de la industria y los combustibles fósiles, pero cada año se talan 10 millones de hectáreas de bosques, siendo la deforestación responsable del 11% de las emisiones de carbono. Proyectos como Termosolar Panamá pueden ayudar a preservar los árboles.
«El agua caliente es una de las cosas más fáciles de lograr que sea sostenible, gracias a la energía solar térmica», dijo Geordie Colville, Jefe de Energía y Clima del PNUMA. «Pero incluso en países tropicales, como Panamá, donde abunda el sol, una gran proporción del agua se calienta por medios no sostenibles».
Abandonar los combustibles fósiles
Además de contrarrestar la deforestación, el calentamiento solar del agua también podría ayudar a Panamá a reducir su dependencia de los combustibles fósiles, en particular del gas licuado de petróleo. Según Termosolar Panamá, dicho tipo de combustible es uno de los principales agravantes del cambio climático, ya que se utiliza para calentar la mayor parte de los más de 30 millones de litros de agua caliente que la población panameña consume a diario.
Termosolar Panamá forma parte de un esfuerzo panameño más amplio por abandonar los combustibles fósiles. Esto incluye una estrategia nacional para desplegar un millón de metros cuadrados de tecnología termosolar en todo el país para 2050. Cuando se aplique en su totalidad, el Plan Solar Térmico Nacional de Panamá evitará la emisión de 2,4 millones de toneladas de dióxido de carbono y ahorrará a los panameños más de US$110 millones anuales en facturas de combustibles fósiles.
«Este proyecto (Termosolar Panamá) me produce un estallido de buenos sentimientos», declaró Rosilena Lindo, Subsecretaria de Energía de Panamá. «Está creando una familia en torno a la energía solar en Panamá y ayudando realmente a aumentar la concienciación y la capacidad».
Soluciones locales
La sensibilización era uno de los objetivos clave de Termosolar Panamá, al igual que la realización de proyectos piloto como el de la escuela de Hato Chami.
“Sabíamos que teníamos que concienciar sobre la energía solar”, explicó Jesús González, director de proyectos de Termosolar Panamá. “En Panamá no se comprendía a qué punto que se utilizaban combustibles fósiles para calentar agua, ni la cantidad de agua caliente que se podía producir. También sabíamos que teníamos que demostrar que [esta tecnología solar sí funciona], por eso son tan importantes los proyectos piloto”.
Termosolar Panamá ha desplegado 430 metros cuadrados de calentadores solares de agua. Además de su implantación en la escuela de Hato Chami, se instalaron en establecimientos de salud (entre ellos tres grandes hospitales), hoteles, fábricas, granjas y viviendas.
El proyecto se centró en el desarrollo de competencias y cadenas de suministro locales. Como resultado, todas las instalaciones fueron realizadas por mano de obra local.
«Para nosotros era importante que esta tecnología pudiera ser implantada por proveedores locales», afirmó Jesús González. «No sólo creará puestos de trabajo sino que, lo que es más importante, se han creado y mejorado los conocimientos tecnológicos a nivel local, tanto para instalar como para fabricar sistemas de energía solar térmica».
En la escuela de Hato Chami, la instalación de calentadores solares de agua se hizo en colaboración con Waved, una organización con fines sociales que surgió utilizando el surf para ayudar a niños en situación de riesgo a desarrollar habilidades sociales, académicas y físicas.
«El agua caliente es una de las cosas más fáciles de lograr que sea sostenible, gracias a la energía solar térmica».
Geordie Colville, Jefe de Energía y Clima, PNUMA
Durante la pandemia, Bastian Barnbeck, el alemán loco por el surf, innovador social y fundador de Waved, se dio cuenta de que la cocina de la escuela de Hato Chami estaba destartalada y mal equipada. Los cocineros utilizaban grandes cantidades de leña, perjudicial para el medio ambiente, y el calentamiento del agua era ineficaz y lento.
Waved se propuso construir una cocina totalmente nueva, así que se puso en contacto con el equipo del proyecto Termosolar Panamá. Termosolar decidió que el enfoque comunitario de Waved constituiría un buen proyecto piloto, así que donó e instaló el equipo.
«Escuchamos a la comunidad y sus necesidades y diseñamos algo que funcionara para ellos», explicó Bastian Barnbeck. «La nueva cocina no sólo era más fácil de usar, sino que era mejor para el medio ambiente».
Bastian Barnbeck estima que este enfoque comunitario ha contribuido al éxito de Termosolar Panamá, una opinión compartida por la señora Rosilena Lindo, quien ya había trabajado en el proyecto y contribuyó a ponerlo en marcha. Se trata de un enfoque que resulta1 atractivo a escala regional e internacional.
Beneficios económicos
El éxito de Termosolar Panamá evidencia la viabilidad de la energía solar térmica como combustible alternativo para ayudar a reducir la dependencia del país respecto del gas licuado de petróleo.
Según un informe del PNUMA, la sustitución de este combustible por energías renovables podría crear más de 93.000 puestos de trabajo en Panamá para 2050, o incluso hasta 133.000 si parte de la tecnología se construyera localmente. Si Panamá adoptara por completo las energías renovables, las emisiones de dióxido de carbono podrían reducirse en un 91% de aquí a 2050, con lo que también se reducirían los costes energéticos de Panamá en US$22.000 millones.
El paso a las energías renovables, como la energía termosolar, podría reportar a toda la región de América Latina y el Caribe beneficios netos por valor de US$1.300 millones de aquí a 2050, lo que equivale aproximadamente al 20% del PIB regional de 2019.
«Termosolar Panamá está ayudando a llamar la atención de la población panameña sobre la calefacción térmica», aseguró Geordie Colville. «Está ofreciendo soluciones que nos ayudarán a reducir las emisiones y ahorrar dinero, pero este proyecto proporciona un ejemplo que se puede replicar a nivel mundial».
El PNUMA ha desarrollado una solución por sectores a fin de hacer frente a la crisis climática y reducir las emisiones en 30 gigatoneladas anuales, lo que garantizaría que el aumento de la temperatura se mantuviera por debajo de 1,5 °C. De entre los distintos sectores, el sector energético puede aportar 8,2 gigatoneladas de ahorro.