Es un momento crucial para la nación dominicana y la reflexión es obligada porque de leyes vamos sobrados y falta voluntad política a todos los niveles.

La crisis es general y es un año electoral que sabemos son catastróficos para el medio ambiente porque la vigilancia se relaja y los tejemanejes aumentan.

El ministro dice que no pueden vigilar todos los ríos cuando en pleno siglo XXI sabemos que estamos todos vigilados.

Lo único que ayudará ahora es revivir los grupos ambientalistas y redoblar la Prevención y Vigilancia, (que vengo pidiendo hace años) y la educación ambiental a todos los niveles para evitar los desmontes, las casuchas y alambradas en montes y áreas protegidas que luego van a quitar después que el daño está hecho con la complicidad de las autoridades.

Así, quizás las propuestas y denuncias de las comunidades harían que se cumplan todas las leyes vigentes en todas las instancias y que haya consecuencias para los violadores de las mismas.

Solo así lograremos encausar el movimiento ambientalista y el rescate de la vida, incluyendo las nuestras y del patrimonio natural que nos queda, no importa que un gobierno inútil esté dirigiendo el Estado dominicano.

No necesitamos más mártires, pero dispuesta estaré en primera línea por la defensa de nuestra naturaleza.
(22 de abril, 2024. Día de la Tierra)