Las tierras del planeta se secan: la alerta de Naciones Unidas
Las tierras del planeta se secan y eso es devastador para la capacidad de supervivencia de la vida vegetal y animal. Así lo alertó Naciones Unidas en un informe publicado este lunes en negociaciones entre países para abordar el problema.
El informe se presentó en la cumbre de la ONU en Riad, Arabia Saudí, sobre la lucha contra la desertificación.
Se trata del proceso en el que tierras antes fértiles se convierten en desiertos debido a temperaturas más altas causadas por el cambio climático provocado por el ser humano. A esto se suma la falta de agua y la deforestación.
Las tierras se secan en todo el mundo: qué dice el informe
El reporte informó que más de tres cuartas partes de las tierras del mundo experimentaron condiciones más secas de 1970 a 2020 que en los treinta años anteriores.
“Los climas más secos que ahora afectan a vastas tierras en todo el mundo no volverán a ser como eran”, dijo Ibrahim Thiaw, jefe de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación. “Este cambio está redefiniendo la vida en la Tierra”, expresó.
En las conversaciones, que comenzaron la semana pasada y se espera terminen el viernes, las naciones abordan posibles soluciones para la desertificación.
Los efectos son devastadores
Si las tendencias del calentamiento global continúan, casi 5000 millones de personas se verán afectadas por el secado para finales de siglo, frente a un cuarto de la población mundial de hoy, advirtió el informe.
El científico jefe de la UNCCD, Barron Orr, advirtió que la tierra más seca podría llevar a “impactos potencialmente catastróficos que afectan al acceso al agua y que podrían empujar a las personas y la naturaleza incluso más cerca de puntos de inflexión desastrosos“.
Así, los humanos ya no podrán revertir los efectos dañinos del cambio climático.
Sergio Vicente-Serrano, uno de los autores principales del informe, explicó que a medida que la atmósfera se calienta debido a la quema de carbón, petróleo y gas, conduce a más evaporación en el suelo.
Eso hace que haya menos agua disponible para humanos, plantas y animales, dificultando su supervivencia.
La agricultura está particularmente en riesgo, ya que las tierras más secas son menos productivas, lo que perjudica tanto a su rendimiento como a la disponibilidad de alimentos para el ganado, dijo el informe. Eso puede llevar a la inseguridad alimentaria para comunidades en todo el mundo.
La aridez también conduce a más migración, porque las lluvias erráticas, la degradación de la tierra y la escasez de agua dificultan el desarrollo económico de regiones o naciones.
El informe también advirtió que la tendencia es especialmente notable en algunas de las áreas más secas del mundo, como el sur de Europa, Oriente Medio y Norte de África y el sur de Asia.
Qué propone Naciones Unidas
Los negociadores en Riad giran alrededor, principalmente, de cómo puede el mundo responder mejor a sequías más frecuentes y dañinas.
Uno de los puntos fuertes de discordia es si las naciones ricas deberían desembolsar fondos para abordar la sequía en todo el mundo.
Cualquier dinero prometido se destinaría a mejorar los sistemas de pronóstico y monitoreo. También para crear embalses y otras estructuras que puedan proporcionar acceso al agua incluso durante períodos prolongados de sequía.
“El gran tema controvertido es si hacemos esto (respuesta a la sequía) a través de un protocolo vinculante a nivel de la ONU o si hay otras opciones que deberíamos explorar”, dijo Jes Weigelt, de TMG, un grupo de reflexión sobre el clima europeo.
Pero la ONU estima que entre 2007 y 2017, las sequías costaron 125.000 millones de dólares en todo el mundo.
Un protocolo vinculante significaría que, entre otras obligaciones, se podría pedir a los países desarrollados que proporcionen fondos.
Según difundieron, Arabia Saudí comprometió 2150 millones de dólares de varios países y bancos internacionales para la resiliencia a la sequía y ha establecido el tono adecuado para las reuniones.
Y el Grupo de Coordinación Árabe (10 bancos de desarrollo con sede en Oriente Medio) prometió 10.000 millones de dólares para 2030 para abordar la degradación de la tierra, la desertificación y la sequía.
Se espera que los fondos, de concretarse, ayuden a 80 de los países más vulnerables a prepararse para condiciones de sequía cada vez peores.