El desierto devora España. Tres cuartas partes de nuestro territorio son ya suelos áridos o semiáridos en riesgo de desertificación. Entre las principales causas se encuentran la sequía, el abandono del campo, la sobrexplotación humana de los acuíferos o los incendios. El año pasado el fuego devastó 51.000 hectáreas. Sólo hasta agosto de 2022 las llamas habían arrasado unas 223.000.

Santiago León es ganadero. Algunos amigos agricultores le tienen que donar comida para sus animales. Su amigo Raúl Prieto le da trigo pero asegura que el calor le ha secado la mitad. “El bombero viene cuando está el incendio pero el pastor y el cabrero son los que limpian el monte y como no se les valora, emigran”, cuenta Santiago.

Incendios devastadores en la Sierra de la Culebra

Antonio Ferrero, ganadero de Espadañedo, a 30 kilómetros de la zamorana Sierra de la Culebra, donde los incendios han sido devastadores, se lava las manos en una fuente que, asegura, tiene los días contados.

“En diez días máximo, nos quedaremos sin agua en la fuente porque el agua va a ser un bien más caro que la gasolina y la estamos despilfarrando”, cuenta compungido Ferrero. “A cuenta del calor se me han muerto una docena de lechazos; se deshidratan y se mueren y esto nunca me había ocurrido”, se lamenta el ganadero zamorano.

Mientras grabamos la entrevista con el vecino de Epadañedo surgen unas impresionantes llamas. Rápidamente acude un bombero de paisano a tratar de sofocarlo y, pasados unos minutos, algunos brigadistas. El fuego puede surgir en cualquier momento y lugar.

Desplazados climáticos en Murcia

Como gran parte del campo ha dejado de ser productivo, muchas familias se han visto obligadas a abandonar el territorio, son los llamados desplazados climáticos. Murcia es la comunidad de España con más riesgo de desertificación, un 99,7 %.

Blas Robles heredó los olivos de sus padres y es uno de los que ha tenido que abandonar la tierra. “Es insostenible, no podemos mantenerlo, los olivos están deshidratados, la oliva es pequeñísima, falta mano de obra… Antes mi familia producía aceite para todo el año pero ahora las olivas son tan pequeñas que son inservibles”.

Robles ha tenido que montar una explotación porcina pero aun así afirma: “Si no nos traen agua y recursos para poder seguir trabajando tenemos que cerrar”. Alfonso Merlos también ha dejado el campo para montar unas pistas de pádel en un pueblo cercano.

Los almendros de Mula están produciendo la mitad de la cosecha. “En España falta un plan hidrológico nacional para evitar el avance de la desertificación. Se ha perdido más del 40 % de la producción de la almendra” cuenta Pedro Guerrero mientras recoge el fruto seco. Ante el avance de la desertificación, los expertos alertan de perder 25 toneladas de suelo por hectárea y año.

Almería, zona desertificada

La zona Cabo de Gata-Níjar ya ha sido declarada zona desertificada. “No hay ya suelo, es completamente improductivo para casi cualquier uso”, explica Francisco Alcalá, investigador de desertificación del CSIC.

“La producción de Almería hace décadas que usa suelo preparado o fabricado para necesidades hortícolas, algo así como suelo industrial”. “La responsabilidad es de todos. Tiene que haber un cambio y no tenemos que tener miedo de hablar de insectos como nueva proteína o de reutilización de aguas residuales”