Erupción en La Palma: ¿cómo y por qué?

20-09-2021
Medioambiente
ECOticias
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Tras una semana de movimientos de tierra y una miríada de terremotos de diferentes magnitudes, el volcán de la isla de La Palma finalmente entró en erupción el domingo 19, después de las 15. Para entender por qué se produjo este fenómeno que ni es nuevo ni será el último, ECOticias.com – ‘El Periódico Verde’ presenta una breve historia geológica del lugar.

De la sima a la cima

La isla de La Palma es joven, puesto que se originó hace apenas unos 3 millones de años, cuando un volcán ‘despertó’ y su magma se elevó hasta la superficie. Luego se sucedieron innumerables erupciones que fueron forjando la base de la isla, desde la sima oceánica, hasta aflorar por encima del mar y alcanzar las cimas actuales, cuyo pico máximo es Roque de los Muchachos, que supera los 2400 m.

Según el Instituto Geológico de España, el antecesor de los actuales volcanes de La Palma fue un mega volcán llamado Garafía, cuya erupción generó la superficie inicial de la isla. Esto sucedió hace ya 1.5 millones de años, pero no fue el último, puesto que la actividad volcánica continuó dando forma a la isla.

500.000 años después surgió el Tamburiente II, otro mega volcán que al erupcionar hizo desaparecer al Garafía por completo. Hace entre 500.000 y 700.000 años y en la zona sur de la isla, la más joven geológicamente hablando, emergió un ‘edificio volcánico’ (un volcán ‘clásico’ de los que tiene cono y cráter) conformando la Cumbre Nueva.

Hace unos 400.000 años y con el surgimiento del Bejenado, que sirve de frontera natural entre la famosa Caldera de Taburiente (que es en realidad producto de la erosión natural del material volcánico depositado) y el Valle de Ariadne (uno de los municipios afectados por la actual erupción.) la actividad volcánica del norte de la isla cesó por completo.

¿Qué pasó ahora?

El área meridional de la isla está constituida por una enorme fisura eruptiva (que va de sur a norte) llamada Cumbre Vieja, en la que se suceden las erupciones volcánicas modernas, muchas de las cuales han enviado grandes cantidades de magma que acabaron en el mar y crearon nuevos territorios, como fue el caso de la Playa Nueva conformada gracias a la erupción del Teneguía en 1971.

El nuevo episodio es también una fisura eruptiva, es decir que, tras la acumulación de lava bajo la superficie, la presión es tan grande que la corteza terrestre se ‘rompe’ y da paso a la salida del magma, que baja por las pendientes naturales. Este río candente seguirá fluyendo hacia el mar hasta que el depósito original se agote y su velocidad de bajada será errática, por lo que es imposible predecir con exactitud cuánto durará el evento.

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