¿En qué consiste la estrategia del control mental en el mundo animal?
El parásito que provoca la toxoplasmosis es un protozoo que está presente en un tercio de la población humana y en muchas otras especies de mamíferos y aves. En los humanos provoca síntomas parecidos a los de la gripe y no suele provocar grandes problemas, salvo en las mujeres embarazadas, a las que puede provocar complicaciones graves para ellas y el feto. Nos solemos infectar al comer carne en mal estado o poco cocida.
Aunque puede hospedarse en muchos animales distintos necesita a los gatos para completar su ciclo de reproducción sexual. ¿Y qué mejor forma de llegar a un gato que a través de un ratón? Su estrategia para conseguirlo es sibilina.
Cuando infecta a un ratón, se instala en su cerebro y consigue modificar su comportamiento de modo que pierde su aversión innata a los gatos. De este modo se convierte en una presa fácil para los felinos y termina entre sus fauces. Y el parásito consigue su objetivo: llegar al gato para reproducirse.
Esta estrategia de control mental no es exclusiva de este protozoo. ¿Habéis oído hablar alguna vez del terrorífico caso de los caracoles zombis?
Leucochloridium paradoxum es un gusano plano que usa de huésped a los caracoles para que le lleven a su verdadero objetivo: los pájaros. Cuando el parásito infecta al molusco, ¡toma posesión de su cerebro! Como el cuerpo es translúcido, a través de sus antenas se puede ver al gusano que genera un efecto como de luces de colores.
Más allá de darles un aspecto de lo más curioso, modifica su comportamiento y lo obliga a desplazarse a zonas elevadas, donde los pájaros puedan verlos.
Aunque los caracoles no suelen ser la presa preferida de las aves por su duro caparazón, el movimiento y el color de sus antenas les recuerda al de algunas larvas de las que se alimentan y se lanzan a por ellos. ¡Los parásitos ya han llegado donde querían!