El mayor volcán del mundo ha vuelto a estallar 40 años después: qué sabemos de la erupción del Mauna Loa
Han pasado 38 años desde la última vez que entrara en erupción el Mauna Loa, uno de los volcanes situados en la Isla de Hawái, en el archipiélago homónimo. Tras algunos avisos en forma de actividad sísmica, el mayor volcán de nuestro planeta ha vuelto a entrar en erupción.
El Mauna Loa. El Mauna Loa es el mayor volcán del planeta tanto en términos de superficie (5.100 km2) como en términos de volumen (75.000 km3). Aunque se cree que emergió de las aguas del Océano Pacífico hace 300.000 años el volcán en sí mismo es mucho más antiguo, se le calcula una edad de entre 600.000 y un millón de años.
El volván es tan solo uno de los cinco que conforman la isla de Hawái, siendo los otros Hualalai, Kilauea, Kohala y el Mauna Kea. Si Mauna Loa es el de mayor tamaño, Kilauea es el más activo de todos. Por fortuna dado su tamaño, el Mauna Loa no es un volcán explosivo, lo cual implica que expulsa el magma de una forma menos violenta, menos incluso que la erupción del Cumbre Vieja en la isla de La Palma en 2021.
Una erupción nada sorprendente. Alrededor de las 10.30 hora peninsular, CET (23.30 del día de ayer en horario local), el Mauna Loa entraba de nuevo en erupción. Podría decirse que la erupción venía con retraso. Durante los últimos doscientos años los ciclos del volcán han sido relativamente rápidos. Entre 1843 y el presente Mauna Loa había entrado en erupción 33 veces, con una media de una erupción cada cinco años, la 34ª se había hecho esperar.
Alerta por gas y cenizas. Según las últimas noticias del US Geological Survey (USGS) la lava volcánica se mantiene en la caldera del volcán, por lo que no se han producido ríos de lava, si bien el flujo de lava es visible desde otras zonas de la isla. Por ahora, señalan, no se han observado resquebrajamientos en el área. La primera alerta se centra en la gran cantidad de cantidad de polvo y cenizas que el volcán ha comenzado a expulsar.
La isla de Hawái y su entorno inmediato se encuentran ya en alerta según ha informado la Agencia Hawaiana para la Gestión de Emergencias (Hawaii EMA). Esta alerta se extiende hasta la isla de Maui.
Los satélites de la NOAA (la National Oceanic & Atmospheric Administration) han captado desde el espacio el efecto de la erupción a través de su huella térmica y el dióxido de sulfuro emanado.
Las implicaciones de esta erupción. Pese a su tamaño, Mauna Loa no es uno de los volcanes más peligrosos en la Tierra y las primeras horas de esta erupción parecen estar confirmando esto. “Las erupciones del Mauna Loa no son explosivas como las del monte St. Helens. Por lo que generalmente no hay preocupación de que la cima de la montaña explote y afecte a las comunidades o las entierre bajo gruesos montones de ceniza como la erupción del Vesubio del año 78” explicaba a Newsweek Rajeev Nair, de la Universidad de Calgary.
Poco que ver por tanto con la erupción de Tonga, que hace unos años generó una inmensa explosión que liberó toneladas de gases a la atmósfera. Una explosión de tal magnitud que se sospecha afectó a la meteorología de este último año. También poco que ver con semejantes acontecimientos como las erupciones del Kraratoa en 1883, o la del Tambora en 1815, dos de las erupciones más violentas registradas por la humanidad.
La gran erupción. La geología de la Tierra nos guarda aún sorpresas en tanto en cuanto a capacidad destructiva de algunos volcanes. El caso más paradigmático es el de la caldera de Yellowstone, un volcán que cada cientos de miles de años estalla causando devastación a nivel continental, y cuyos hipotéticos efectos podrían notarse en todo el mundo. Por fortuna no se espera que este evento ocurra pronto.