El Black Friday agrava la emergencia climática con más emisiones y más residuos

21-11-2023
Medioambiente
Público, España
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El consumismo que promueve el Black Friday, uno de los símbolos más reconocidos del capitalismo, amenaza la emergencia climática. El popular periodo de rebajas genera grandes cantidades de basura tecnológica y ropa, embalajes de plásticos y emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono —derivado del uso intensivo de combustibles fósiles y de las compras online—.

Según datos de Global Footprint Network, los hábitos de consumo y generación de residuos de la población española están muy lejos de ser sostenibles. El grupo informa que se necesitan tres países del tamaño de España para mantener el nivel de vida y población actuales. En tan solo 15 años, el déficit ecológico de la península se ha incrementado más de un 50% con una tendencia continua al crecimiento.

El 84% de los consumidores planea comprar en las rebajas del Black Friday, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Este año, el gasto medio previsto en la campaña es de 237 euros por persona. El 18% de los encuestados planea gastar 500 euros o más, mientras que el 21% dice que no gastará ni 100 euros.

El gran enemigo de la huella ecológica

El hiperconsumismo de estas jornadas deja una huella ambiental que deteriora cada vez más el Medio Ambiente. El sector electrónico, el retail y el de movilidad y transporte son los tres frentes de contaminación que ponen de manifiesto este periodo de rebajas.

“Todos los bienes que se consumen implican una extracción de materiales, una distribución y una generación de residuos que dañan nuestro entorno”

Luis Azorín, miembro de Ecologistas en Acción, explica a Público, que entre el 60% y el 80% de las emisiones de CO2 proceden del consumo que hacen las personas. “El Black Friday influye en que aumentemos las compras, olvidándonos de lo que realmente necesitamos. Todos los bienes que se consumen implican una extracción de materiales, una distribución y una generación de residuos que dañan nuestro entorno”, cuenta.

El Ministerio de Transición Ecológica define la huella ecológica como el indicador de sostenibilidad encargado de medir el impacto que el modo de vida de las personas tiene sobre el entorno. Es decir, la variable supone el total de superficie ecológicamente productiva que se necesita para producir los recursos de un ciudadano o un grupo de ciudadanos.

Según el estudio La vulnerabilidad del desarrollo sostenible medida a través de la huella ecológica, los cálculos de la huella ecológica “se basan en dos elementos medibles”. Por un lado, “los recursos naturales consumidos y los desechos generados” y, por otro, “la renovación y conversión de los mismos en áreas biológicamente productivas”.

Subida de las emisiones de gases de efecto invernadero

Los grandes descuentos incitan a las personas a comprar por internet. Estas nuevas adquisiciones llegan a los hogares a través de servicios de transporte y paquetería. La patronal del sector de UNOOrganización Empresarial de Logística y Transporteinforma que las empresas de reparto gestionarán este año cerca de 108 millones de envíos, a una media de 3,7 millones de envíos diarios con picos de hasta 4,6 millones los días de mayor volumen.

La influencia del consumo en movilidad y transporte ha incrementado la huella ecológica en los últimos 15 años.

La influencia del consumo en movilidad y transporte ha incrementado la huella ecológica en los últimos 15 años. Esto se traduce en la subida de las emisiones de gases de efecto invernadero, una de las cuestiones principales a tratar en la próxima Cumbre del Clima de Dubái.

La moda es la segunda industria más contaminante del mundo. Greenpeace informa que los textiles emiten el 10% de gases de efecto invernadero. La empresa de marketing, Webloyalty, prevé un incremento del 20% en el gasto online y apunta que el ticket medio de compras realizadas por el canal digital alcance los 162 euros durante estas fechas.

Más políticas públicas y menos culpabilizar al consumidor

Celia Ojeda, responsable de Consumo de Greenpeace España, reconoce a este diario que se tienen que establecer políticas públicas que limiten la producción y el consumismo. “Las empresas tienen que responsabilizarse y tener alternativas de una economía circular. No solo deben quedarse ancladas en el reciclaje, sino ofrecer otros servicios como la segunda mano, la reparación o el intercambio, sin que el consumidor tenga que ir a una empresa diferente”, dice.

La miembro de la organización añade otra normativa útil para frenar esta actividad: transformar las ciudades. “No podemos dejar que las vías urbanas sean grandes centros comerciales. Al final, si quieres comprarte unos pantalones sostenibles, no sabes dónde ir”, admite Ojeda.

Greenpeace España: “No queremos culpabilizar a la gente por comprar. La responsabilidad está en gobiernos y empresas, es muy difícil salir de la rueda del consumismo”

“No queremos culpabilizar a la gente por comprar. Queremos que la gente consuma de manera diferente, que compren si realmente lo necesitan o que busquen alternativas. La responsabilidad está en gobiernos y empresas, es muy difícil salir de la rueda del consumismo”, declaran desde Greenpeace.