Cuando la mortandad de peces en Barahona, en octubre de 2021, todavía le quedaba al Ministerio de Medio Ambiente el prurito de hacer como que hacían las cosas bien. Entonces era otro el ministro.

Esa vez se hizo un levantamiento de datos, se tomaron muestras, se analizaron y se presentó un informe que, aunque no me creí del todo, no era mi área de experiencia y por razones éticas no pude refutar públicamente. Pero exigí la misma diligencia y metodología para situaciones similares,como la  relacionada con las barcazas instaladas en el Ozama, y aún esperamos por la publicación de los resultados de la auditoría ambiental hecha a principios de la actual gestión.

Este fin de semana circuló ampliamente por las redes otro vídeo sobre peces muertos en la playa donde fueron impuestas las barcazas de la empresa turca, en Azua. Pero esta vez al parecer la cantidad de peces muertos no fue suficiente para el gobierno, o la circulación del mismo quizás no lo fue. Pero esta vez no ha habido ni siquiera respuesta, ni se envió a nadie a tomar muestras, ni mucho menos a analizar, y menos un vídeo público para explicar nada.

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El otro caso viral son las espumas de Villarpando. En este caso hubo respuesta, por lo menos, pobre del pueblo dominicano.

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Primero un meteorólogo se refiere a las posibles causas; luego el ministro envía al director provincial a pichar su juego, y pasa de echarle la culpa al cactus, que no coló, al Caracolí y al Guayacán, que ni siquiera aparecen en los vídeos y fotografías del lugar. Luego, la prensa llama al geólogo para que explique el misterio; parece el guion de una comedia.

Debo aclarar que no hay intención de ofensa a ningún profesional en este artículo, sino  mostrar lo alejada de la ciencia que está esta gestión de gobierno que no entiende sus competencias ni la de ninguno de sus técnicos. También debo recordar que soy Botánica, profesora e investigadora y acabo de cerrar un proyecto con un componente de fitoquímica, precisamente.

Las plantas son fábricas bioquímicas porque es el principal mecanismo de adaptación que tienen, no se pueden trasladar y tienen que apechugar con lo que les toque. Las sustancias de origen vegetal que pueden sustituir al jabón químico, se llaman saponinas, por eso se llaman así, jabón viene del latín y del germanosapone. Varias plantas pueden contener saponinas.

La planta mejor conocida por estos lares es un árbol, Sapindus saponaria, en este caso son los frutos, y otra es la calabacita (Sicana fragans -endémica-), que es un bejuco, para poner dos ejemplos de plantas con que la gente ha lavado ropa en el campo, en este país.

Pero ninguna sustancia de origen vegetal puede producir la cantidad ni el tipo de espuma de los vídeos de Villarpando. En eso estoy de acuerdo con el geólogo. Y creo que nos falta un químico para completar el equipo, y en este caso sería la pieza clave.

Nos quieren engatusar con vídeos estilo fakenews, pero basta ya de insultar la inteligencia de los dominicanos. Exigimos ciencia, que para eso pagamos con nuestro trabajo y sacrificio los salarios de los funcionarios del Estado dominicano.

También el show mediático sirve para tapar el desastre ambiental de las inundaciones de lodo, que es lo que arrastran los ríos este fin de semana, el suelo de nuestras montañas quemadas, desforestadas, arrasadas por los aguaceros torrenciales en las zonas áridas del país.

Pueblos donde las calles eran ríos; cementerios arrasados por la inundación, como en Sabana Larga en San José de Ocoa, que ha sido de las provincias más afectadas. Y como, al parecer, esto no se hizo tan viral como la misteriosa espuma de Villarpando, tampoco nadie ha dicho nada. Así nos encuentra este 05 de junio, Día Mundial del Ambiente.