5 de Septiembre, día de la Amazonia y de la mujer indígena
Cada Día es el Día de la Amazonía, de su gente, de la selva con toda su vida, de la parte amazónica del ciclo hidrológico, de los ríos voladores bombeando agua al sur/sureste del continente, para agradecer al servicio ambiental del bosque tropical más grande del mundo en la regulación del clima de la Tierra.
En los últimos cuatro años, la deforestación ha estado completamente fuera de control. Solo el año pasado, se talaron más de 500 millones de árboles en la Amazonía y el gobierno no hizo nada para detenerlo. La emisión de CO2 por los incendios ya hace que el bosque emita más dióxido de carbono del que puede absorber. Como dijo el jefe Raoni, de 90 años, en el G7, ante las narices de todos los países más ricos e industrializados del mundo, la Amazonía se está convirtiendo en cenizas, humo y hollín.
Todas las áreas protegidas e indígenas están amenazadas, cientos de especies ya han entrado en la lista de extinción. Los pueblos de la Amazonía están siendo atropellados, las comunidades han sido sistemáticamente ignoradas en nombre de un desarrollo que no desarrolla, que no lleva saneamiento a todos, que no lleva escuelas ni hospitales, sino todo lo contrario, que masacra, expulsa, quita la casa, la familia, el modo de vida y la dignidad.
Las sociedades en la Amazonía se remontan mucho antes de cualquier gobierno brasileño. Existen evidencias históricas con más de 6.000 años, intensificándose en los últimos 2.500 años. Los indígenas de la Amazonía domesticaron 85 especies de árboles (plantas que aún predominan en la región), además de dejar la región llena de tierra negra.
¡Queremos el bosque en pie!
El investigador y científico Antonio Nobre, del INPE, aborda la relación entre bosque y clima:
1 – El bosque transpira 20 billones de litros de agua por día: los árboles reciclan el agua de lluvia, bombeando el agua infiltrada en el suelo a través de las raíces hacia la atmósfera, que mantiene el aire húmedo por más de 3.000 km tierra adentro;
2 – El bosque produce lluvias suaves y abundantes: la mágica condensación de todo este vapor diario que transpira el bosque sucede gracias al finísimo polvillo formado por el aroma de las plantas, que ayuda a formar nubes;
3 – El bosque succiona el aire húmedo sobre el océano, porque encima de él (gracias a la transpiración y condensación) produce un descenso de la presión atmosférica;
4 – La selva exporta ríos aéreos de vapor que transportan lluvia para regar regiones lejanas en el verano hemisférico;
5 – El bosque previene los fenómenos meteorológicos extremos: el dosel forestal rugoso formado por las copas de todos los árboles en conjunto atenúa la violencia atmosférica, dosificando, disipando y distribuyendo la energía de los vientos.
Sepa mas:
El Futuro Climático de la Amazonía – Informe de Evaluación Científica: Antonio Donato Nobre, INPE: https://bit.ly/2C16IPi