CONLIBRO declara de interés público préstamo de libros por bibliotecas
El recientemente constituido Consejo Intersectorial del Libro y la Lectura (Conlibro) declaró mediante resolución de alto interés público el préstamo bibliotecario de libros a los usuarios para ser llevados a las casas y usados para lectura o trabajos de investigación y otros fines docentes.
Conlibro sostiene que una de las labores fundamentales de las bibliotecas debe ser que los usuarios puedan recibir libros u otro material bibliográfico para llevarlos a sus hogares, a fin de cumplir con el objetivo de todo libro: ser leído.
La resolución, adoptada en la sesión del 24 de abril de 2023, indica que los usuarios pueden llevar los libros a sus casas por un tiempo definido, tal y como ocurre en países que tienen una política definida y positiva de promoción del libro.
“El préstamo bibliotecario favorece la circulación de libros y el aprovechamiento de estos por el mayor número de personas posible, promueve el desarrollo cultural de la ciudadanía, eleva la calidad de la educación y favorece la democracia en el acceso al acervo de conocimientos creado por la humanidad a lo largo de milenios” dice la declaración de Conlibro.
Indica Conlibro que el préstamo de libros indispensable para desarrollar hábitos de lectura y promover la democratización del saber, animar la y generar una activa red entre bibliotecas, comunidades, familia y planes educativos. La mayor circulación de un libro, a través del sistema de préstamo, beneficia a toda la cadena editorial, promueve a su autor o autora, indica Conlibro.
Sostiene que el préstamo de libros da vida a las bibliotecas. Forja un dinámico vínculo entre estas y sus comunidades. Algunas librerías, las menos, tienen establecido el préstamo de libros a domicilio, incluyendo la Infantil y Juvenil República Dominicana.
“En un estante, los libros están dormidos, envejecen. En manos de un usuario despiertan, su contenido se aviva” afirma la resolución.
El organismo llama a las bibliotecas públicas, a las bibliotecas de entidades autónomas, a las bibliotecas universitarias y escolares, a definir, o actualizar, y poner en marcha un sistema de préstamo de libros a los usuarios para leerlos en su casa.
Indica que es necesario diferenciar las secciones dotadas de obras y otros materiales bibliográficos que pueden ser prestados a diferencia de las colecciones de carácter patrimonial, que solo se pueden consultar en salas de la biblioteca misma, según las normas fijadas.
Resalta el ejemplo del valor patrimonial bibliográfico de la Biblioteca Nacional, reúne el patrimonio bibliográfico, con la misión principal es preservarlo, por lo cual las reglas para usar sus fondos bibliográficos son estrictas.
Se declara, asimismo, de particular interés la generación, y préstamo de material bibliográfico, para usuarios con discapacidad visual.
El préstamo de libros para ser llevados a la casa se inició en la segunda mitad del siglo XIX, en distintos países de América Latina.
En Chile, por ejemplo, la “Sección Préstamo a Domicilio se creó el 17 de septiembre de 1886”. Considera que hoy día cuando la modernidad tecnológica facilita tanto los procesos, el préstamo bibliotecario debería ser un hecho en cada biblioteca del país.
Una de sus funciones de CONLIBRO es: “Alentar la conformación de redes nacionales y territoriales de lectura que vinculen a la población estudiantil, la familia y las comunidades en forma acorde con los planes educativos, culturales, de conservación del patrimonio cultural y de promoción del libro y la lectura, e impulsar ante las instancias competentes el cumplimiento de políticas y programas para la formación de lectores”.
Conlibro dice que pondrá su empeño en formular políticas encaminadas a resolver los problemas que limitan el acceso al libro, a los acervos nacionales y universales de conocimientos.