Tasa de Política Monetaria se mantiene en 8.5 %
El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), en su reunión de política monetaria de diciembre de 2022, decidió mantener invariable su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 8.50 % anual. Asimismo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 9.00 % anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) continúa en 8.00 % anual.
Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía, especialmente de la inflación. En ese orden, los precios de las materias primas, particularmente del petróleo, se han moderado durante el segundo semestre del año, al tiempo que se han reducido los costos globales del transporte de contenedores. A nivel doméstico, la dinámica inflacionaria ha respondido en los meses recientes al programa de restricción monetaria y a las medidas implementadas por el Gobierno a través de subsidios a combustibles, energía y del apoyo a la producción agrícola.
En ese contexto, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) fue de 0.47 % en noviembre, inferior al promedio mensual de los últimos 12 meses. De esta forma, la inflación interanual se ha reducido en unos 206 puntos básicos, desde un máximo de 9.64 % en abril a 7.58 % en noviembre. Asimismo, la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta como los combustibles, la tarifa eléctrica y algunos alimentos, ha disminuido de 7.29 % en mayo a 6.59 % en noviembre. Es importante destacar que la inflación subyacente es de los principales indicadores considerados para la toma de decisiones de los bancos centrales, ya que su comportamiento se asocia en mayor medida a las condiciones monetarias vigentes, por lo que los resultados obtenidos reflejan la efectividad de las políticas económicas adoptadas para contrarrestar las presiones inflacionarias.
En ese sentido, el BCRD ha incrementado su tasa de política monetaria en 550 puntos básicos desde noviembre del pasado año. La reacción oportuna ha contribuido a que la tasa de interés interbancaria real, es decir, la diferencia entre la tasa interbancaria nominal y las expectativas de inflación, se encuentre más de cuatro puntos porcentuales por encima de su nivel neutral estimado. Esta postura monetaria restrictiva está contribuyendo a mitigar las presiones de demanda interna, consistente con una inflación subyacente que se encuentra por debajo de la variación general de precios.
En adición, los agregados monetarios se han desacelerado de forma importante y se observa un aumento en las tasas de interés de la banca múltiple, principalmente en la tasa pasiva, es decir la de depósitos, como resultado de un traspaso más que completo de las decisiones monetarias. De esta forma, se ha mantenido un diferencial favorable respecto a las tasas de interés de nuestros principales socios comerciales, contribuyendo a mayores flujos de capitales y de inversión extranjera, además de incentivar el ahorro en moneda nacional.
Bajo las previsiones actuales, se estima que la tasa de política monetaria se encuentra en un nivel adecuado para que la inflación interanual converja al rango meta de 4 % ± 1 % antes de finalizar el primer semestre del año 2023, conforme continúe operando el mecanismo de transmisión de la política monetaria. En ese orden, el Banco Central se mantendrá dando seguimiento a la evolución de las condiciones económicas externas y domésticas, para tomar las medidas necesarias que preserven la estabilidad macroeconómica.
En efecto, las tensiones geopolíticas han provocado un deterioro de las proyecciones económicas globales. En ese orden, Consensus Forecasts prevé que el crecimiento de la economía mundial se reduciría de 2.8 % en el presente año a 1.5 % en 2023, mientras que las presiones inflacionarias globales continuarían moderándose al proyectarse menores precios de los commodities para el próximo año.
En Estados Unidos de América, se proyecta un crecimiento de 1.9 % en 2022 y una ligera expansión de 0.2 % para 2023. Por otro lado, la inflación interanual se ha desacelerado, al pasar de 9.1 % en junio a 7.1 % en noviembre, aunque aún se mantiene muy por encima de su meta de 2.0 %. En este contexto, la Reserva Federal (Fed) comenzó a moderar la magnitud de los incrementos en su tasa de referencia, acumulando un aumento de 425 puntos básicos en 2022. Para el próximo año, se espera que la Fed realice aumentos más graduales en la tasa de interés conforme se acerque al final de su ciclo monetario restrictivo, considerando las previsiones de menor inflación y de debilidad en la actividad económica.
En cuanto a la zona euro (ZE), las condiciones económicas siguen afectadas por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania; proyectándose un crecimiento de 3.2 % para 2022 y una contracción de -0.1 % para 2023. Por otro lado, la inflación interanual se ubicó en 10.1 % en noviembre, por lo que el Banco Central Europeo realizó un incremento de 50 puntos básicos a su tasa de referencia en su última reunión, acumulando 250 puntos básicos durante el presente año y anunció aumentos adicionales para el 2023.
En América Latina, casi todos los bancos centrales han incrementado sus tasas de política monetaria ubicándolas significativamente por encima de los niveles previos a la pandemia, como es el caso de Argentina (tasa de referencia en 75.00 %.), Brasil (13.75 %), Colombia (12.00 %), Chile (11.25 %), Uruguay (11.25 %), México (10.50 %), Costa Rica (9.00 %), Paraguay (8.50 %), Rep. Dominicana (8.50 %), Perú (7.50 %), Nicaragua (7.00 %) y Guatemala (3.75 %). Como resultado, la inflación regional ha comenzado a ceder en los meses recientes, por lo que la mayoría de los bancos centrales están moderando o realizando una pausa en los ciclos de aumentos de tasas de interés.
En el entorno doméstico, la actividad económica se expandió en 5.0 % interanual durante el enero-noviembre del 2022, luego de observarse un ritmo de crecimiento más moderado en los últimos meses. Si bien las condiciones internacionales se han deteriorado, se proyecta que la economía dominicana crecería en torno a 5.0 % para el cierre del 2022, cercano a su potencial; mientras que para el 2023 se expandiría en aproximadamente 4.5 %, permaneciendo como uno de los países de mayor crecimiento en la región. Como reflejo del dinamismo de la demanda interna, el crédito privado en moneda nacional se expande por encima de 14 % interanual en diciembre; mientras que el sistema financiero mantiene elevados niveles de solvencia y rentabilidad, con bajos indicadores de morosidad.
En cuanto a la política fiscal, se destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, otorgando el espacio necesario para aplicar subsidios orientados a mitigar el impacto de los mayores precios de las materias primas, así como para la dinamización de la inversión pública en los próximos meses que fue anunciada por el Gobierno.
Por otro lado, las actividades generadoras de divisas (turismo, exportaciones, remesas e inversión extranjera directa) han mantenido un desempeño positivo, contribuyendo a una apreciación del peso dominicano de aproximadamente 2 % en el año 2022. Este comportamiento del sector externo ha facilitado el fortalecimiento de las reservas internacionales, que se ubican en torno a los US$ 14,300 millones en diciembre, equivalentes a más de un 12.5 % del producto interno bruto (PIB) y casi seis meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional.
Es importante resaltar que la República Dominicana se encuentra en una buena posición para continuar enfrentando el desafiante panorama internacional. En efecto, la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, la resiliencia de los sectores productivos y las políticas acertadas han contribuido a la valoración positiva de organismos internacionales sobre la economía dominicana, como reseñara recientemente la firma Standard & Poor’s al elevar la calificación crediticia del país de ‘BB-‘ a ‘BB’. El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.