Responsabilidad del mercado asegurador
Indudablemente estamos siendo testigos de cambios que trastornarán nuestras vidas y ante los cuales no podemos cruzarnos de brazos.
El orden mundial se recompone, y ya no serán las bombas ni los cañones los que definan a los ganadores. Hoy son otros los instrumentos que imponen reglas convenientes a determinados intereses: el mercado pesa más que las armas.
Las medidas arancelarias impulsadas por Donald Trump han generado reacciones que aceleran este nuevo reordenamiento global.
Frente a ello, nuestras sociedades, huérfanas de partidos y líderes con visión, atrapados casi siempre por intereses particulares, deben asumir un papel mucho más activo y dinámico.
Se necesita que organizaciones civiles, empresas responsables y comunidades locales vigilen y exijan a los gobernantes políticas estratégicas de largo plazo, con atención al medioambiente, la energía y la industria. Hablamos de políticas públicas más inclusivas y transparentes, alejadas del populismo y los inmediatismos. Solo una acción coordinada de los distintos sectores sociales permitirá alcanzar estos objetivos.
Entre las exigencias impostergables está el fortalecimiento de la educación. Es responsabilidad de todos demandar que se invierta con calidad e innovación, para no quedar rezagados frente a las grandes potencias que imponen su agenda.
Los tiempos reclaman una sociedad que actúe y no que observe pasivamente, si queremos construir naciones más resilientes a los cambios que ya están en marcha.
A ello se suma el cambio climático, que nos plantea un desafío adicional. Sus efectos, aunque previsibles, pueden ser mitigados si se incluyen dentro de una agenda global coherente.
No se trata de un tema accesorio, sino de una prioridad inseparable de los demás cambios económicos y sociales que vivimos.
En este escenario, cada sector debe identificar sus fortalezas y debilidades para actuar con responsabilidad, defendiendo intereses legítimos sin perder de vista los objetivos comunes que beneficien al conjunto de la sociedad.
Desde mi experiencia en el mercado asegurador, puedo afirmar que este sector tiene una posición única.
Por su carácter transversal, recibe el impacto tanto de los cambios positivos como de los negativos que se producen en la economía, la industria, la sociedad y el medioambiente. Al mismo tiempo, dispone de información valiosa y oportuna que puede orientar decisiones estratégicas en tiempos de incertidumbre.
Por eso, el mercado asegurador no debe limitarse a reaccionar: tiene que asumir un papel más activo en la construcción de resiliencia social y económica. Porque si algo está claro es que los cambios globales ya nos alcanzaron, y permanecer de espectadores sería el error más costoso de todos.