Las reformas estructurales que recomienda el FMI

02-07-2021
Anjá | Economía y empleos
Jaime Aristy Escuder, República Dominicana
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El Fondo Monetario Internacional recomendó al gobierno del presidente Abinader que realizara reformas estructurales para mejorar los resultados sociales y aumentar la productividad. Desde mi punto de vista, sostener la tendencia de reducción de la pobreza y mejorar la equidad distributiva de los ingresos son dos objetivos fundamentales de esas reformas. 

El Fondo recomienda el apoyo a la educación. Esto significa que hay que mejorar la calidad del sistema educativo, en particular mediante el aumento de la capacidad de los maestros de obtener y transferir conocimientos a sus estudiantes. El ministro Fulcar debe empeñarse en esa tarea, pues este año se ha perdido. 

El aumento de la participación laboral es otra recomendación del FMI. Esto implica la modernización del código laboral “para permitir acuerdos de trabajo más flexibles y formales” y posibilite la eliminación de la discriminación de género en ese mercado. Espero que los sindicalistas y los empresarios lleguen a un gran acuerdo que permita esos cambios al citado código, pues eso facilitaría que muchas personas puedan trabajar medio tiempo en el mundo formal y tener mayor flexibilidad de entrar y salir del mercado laboral en función de sus circunstancias.

El aumento del capital humano y un mercado laboral flexible hará avanzar la productividad y la competitividad, elevando el salario real de equilibrio. Esto beneficiará a toda la población, mejorando la equidad distributiva del ingreso laboral, lo cual es clave para reducir la pobreza y hacer más justa la distribución de los ingresos totales. De acuerdo con el FMI, esto debe complementarse con programas sociales más eficaces.  

Una mano de obra más productiva permitirá que el crecimiento económico sea más inclusivo y sostenible. Por cada punto de creación de nuevo valor agregado, los asalariados podrán obtener cada vez un mayor porcentaje para sus bolsillos. El objetivo es que los trabajadores menos preparados, los tradicionalmente olvidados, aumenten su nivel de calificación, y puedan beneficiarse del ritmo de expansión productiva que ha caracterizado a la República Dominicana en los últimos sesenta años.