La mujer trabajadora golpeada por el covid-19

09-03-2023
Economía y empleos
Jaime Aristy Escuder Blog, República Dominicana
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[Escrito el 8 de marzo de 2023]

La mujer es un factor de producción muy subutilizado en la República Dominicana. Aun cuando está más educada que los hombres, la mujer tiene una participación en el mercado de trabajo 27.1 puntos porcentuales por debajo que la exhibida por los hombres. Esto significa que la economía dominicana no está aprovechando adecuadamente el potencial que se desprende del mayor nivel educativo de la mujer.

Lamentablemente, la situación laboral de la mujer dominicana se agravó por el covid-19 y, a pesar de la recuperación de la economía, muestra peores condiciones que antes de la pandemia.  

En el tercer trimestre de 2019, la tasa global de participación de la mujer -que se define como el porcentaje que se obtiene al dividir la población económicamente activa entre la población en edad de trabajar- era de 52.7%. En el tercer trimestre de 2022, fecha post covid en que todas las actividades productivas ya estaban abiertas, la tasa global de participación de la mujer se situó en 49.3%; es decir, 3.4 puntos porcentuales menos que antes de la pandemia. La tasa de ocupación, medida como el porcentaje de ocupados con relación a la población en edad de trabajar, cayó en 2 puntos porcentuales, situándose en 45.5% en el tercer trimestre de 2022. 

En términos absolutos se puede señalar que en los tres años comprendidos entre el tercer trimestre de 2019 y tercer trimestre 2022, a pesar de que la cantidad de mujeres en edad de trabajar se incrementó en 162,854 personas, hubo una disminución de 56,559 mujeres como miembros de la población económicamente activa. Más todavía, en ese período las mujeres perdieron más de 52 mil empleos formales.

La gravedad de la situación laboral de la mujer se percibe con mayor claridad cuando se compara con los tres años comprendidos entre el tercer trimestre de 2016 y el tercer trimestre de 2019. En ese período la tasa global de participación subió en 3.3 puntos porcentuales y la tasa de ocupación se elevó en 3.2 puntos porcentuales. Esos resultados implican mejores condiciones de vida para la mujer y su hogar.

En términos absolutos, en los tres años prepandémicos la cantidad de mujeres en edad de trabajar se incrementó en 164,980 personas, cifra muy parecida a la registrada en el período posterior bajo análisis. Sin embargo, la cantidad de mujeres que entró a formar parte de la población económicamente activa se incrementó en 210,508, creándose un total de 199,971 empleos para mujeres, de los cuales casi 163 mil fueron empleos formales.  

En resumen, durante y después de la pandemia hubo mujeres que salieron del mercado de trabajo y, aun cuando las actividades productivas se han abierto, no se ha logrado que se inserten nuevamente en el mercado, perdiendo la economía un valor agregado que es clave para seguir reduciendo la pobreza.