La lucha contra la inflación arroja frutos
El principal problema económico que afecta al mundo es la inflación, que se define como la variación del índice de precios al consumidor. Ante ese evento que deteriora el nivel de bienestar de la gente, los bancos centrales de los países desarrollados (e.g., Estados Unidos, Reino Unido, Eurozona) y de los países emergentes (e.g., Chile, Brasil, Colombia) están ejecutando medidas de política monetaria con el objetivo de reducirla.
En el caso de la Republica Dominicana, el Banco Central inició en noviembre de 2021 el cambio de postura de política monetaria hacia una más neutral. A partir de ese mes se ha ido incrementado la tasa de interés de referencia, que influye directamente sobre las tasas de interés activas y pasivas del sistema financiero nacional, con el objetivo de alcanzar un nivel compatible con una menor tasa de inflación interanual, que llegó a 9.64% en abril de 2022.
Dada la expectativa de inflación para los próximos doce meses, que se sitúa en el entorno de 6.8%, sumada a la tasa de interés neutral real de 2%, se tiene que el nivel de la tasa de interés neutral es igual a 8.8%. Si se toma en consideración que entre noviembre del año pasado y agosto de 2022, la tasa de interés de referencia del Banco Central se ha incrementado en 500 puntos básicos, pasando de 3% a 8%, se puede señalar que las autoridades han ido llevando gradualmente la política monetaria a una postura que reducirá la tasa de inflación.
En un informe publicado hoy por el Banco Central sobre la evolución de los precios se confirmó que la lucha contra la inflación sigue dando frutos. Al mes de agosto, la tasa de inflación interanual se colocó en 8.8%, acentuándose la tendencia descendente que se inició en abril pasado. Los subsidios a los combustibles y la apreciación del peso, reflejo de la credibilidad de la política monetaria ejecutada por el gobernador Héctor Valdez, han sido clave para amortiguar el efecto de la inflación importada.
El IPC de agosto se incrementó en 0.21%, la menor variación desde mayo de 2020, período en que se estaba en medio de la depresión económica provocada por la pandemia del covid-19. Si se elimina ese período, la tasa de inflación del mes pasado es la menor desde diciembre de 2019, cuando arrojó un 0.2%. Para que se vea la importancia de haber alcanzado un crecimiento del IPC de apenas 0.21% basta decir que, si se anualiza esa variación, la tasa de inflación sería 2.5%.
La inflación subyacente, que excluye los combustibles, la tarifa eléctrica y algunos alimentos, pero que tiene más persistencia por incluir efectos de segunda vuelta, registró una variación interanual a agosto de 7.12%. En ese mes la tasa de inflación subyacente fue de 0.53%, equivalente a una tasa anualizada de 6.5%. Estoy seguro de que Valdez la tiene en la mirilla.