La economía global se desacelera, pero menos de lo previsto
[Escrito el 31 de enero de 2023]
El Fondo Monetario Internacional presentó nuevas proyecciones en su Informe de Perspectivas de la Economía Mundial del mes de enero. De acuerdo con el organismo internacional, el crecimiento económico mundial bajará de 3.4% en 2022 a 2.9% en 2023. No obstante, ese pronóstico de crecimiento es 0.2 puntos porcentuales más elevado que el nivel proyectado en el informe de octubre de 2022 y se prevé que habrá un repunte hasta 3.1% en 2024.
El cambio de la política de lucha contra el covid-19 en China y los menores precios de los combustibles, en particular, del gas natural, están amortiguando los efectos negativos provocados por la disrupción de la cadena de suministro, la guerra de Rusia en Ucrania y las tasas de interés más elevadas. El FMI estima que el crecimiento en este año seguirá siendo históricamente bajo, pero es probable que no haya recesión económica global.
El Fondo prevé que Estados Unidos crecerá 1.4%; la zona euro, 0.7%; Alemania, 0.1%; Francia, 0.7%; Italia, 0.6%; España, 1.1%; Reino Unido, -0.6%; Canadá, 1.5%; y Japón, 1.8%. La región de América Latina y el Caribe crecerá, según el FMI, 1.8%, 2.1 puntos porcentuales menos que en 2022.
Por otro lado, el Fondo estima que la tasa de inflación seguirá descendiendo en 2023 y 2024. Se proyecta que la inflación mundial pasará de 8.8% en 2022 a 6.6% en 2023, disminuyendo a 4.3% en 2024. Debe destacarse que, a pesar de la desaceleración de la inflación, esa cifra se encuentra todavía por encima del promedio registrado en el período 2017-2019 que es igual a 3.5%.
El mantenimiento de una postura monetaria restrictiva, que significa elevadas tasas de interés de referencia, dependerá de la evolución de las presiones inflacionarias subyacentes, vinculadas a los aumentos de precios de los servicios y a mercados laborales apretados y caracterizados por fuertes aumentos salariales. Para el caso de los Estados Unidos y la zona euro se pronostican nuevos incrementos de tasas de interés de referencia, aun cuando se realicen a un menor ritmo al observado durante 2022.
El FMI recomienda a los gobiernos que el apoyo fiscal a la población sea focalizado para que los recursos se destinen principalmente hacia los grupos que son más vulnerables a los aumentos de precios de los alimentos y energía. Esto significa que los subsidios generalizados deberían ser eliminados por ser regresivos, al beneficiar más a los ricos que a los pobres; distorsionantes de las decisiones de los agentes económicos; costosos e insostenibles financieramente; y, por último, pero no menos importante, por ser ineficientes, porque producen pérdidas que son irrecuperables.