Hora de exigirnos más
En décadas recientes se han realizado numerosas investigaciones sobre los aspectos que llevan a ciertas personas y organizaciones a alcanzar la excelencia, ya sea en el ámbito deportivo, artístico, académico o empresarial. De forma interesante, esta “literatura de la excelencia” pone énfasis en el hábito de exigirse mucho y no darse el permiso para las excusas.
Haciendo una analogía con los países, nos podemos preguntar cómo podemos exigirnos más como sociedad dominicana y qué tipo de excusas debemos ir dejando de lado. Un primer paso sería admitir que las condiciones de vida de los dominicanos se han deteriorado significativamente en los últimos años, algo que queda confirmado al revisar los datos oficiales del gobierno.
Un segundo paso sería dejar de lado la excusa del COVID, pues al comparar varios indicadores de con otros países de América Latina que igualmente sufrieron los embates de la pandemia, queda claro que el deterioro ha sido mayor en República Dominicana que en el resto de la región. Y como dice la frase popular, lo que es igual no es ventaja.
Por ejemplo, el aumento en los niveles de delincuencia desde el 2019 a la fecha es algo que debe llamar a reflexión. Según informaciones del Ministerio de Interior y Policía, entre el año 2019 y el 2022 el total de víctimas de homicidios ha subido un 35%, lo cual lleva a la República Dominicana a colocarse como el segundo país latinoamericano de mayor aumento en la delincuencia, de acuerdo al informe “Análisis sobre la situación de la violencia y seguridad ciudadana 2022” publicado por el PNUD y USAID.
Mientras en México el total de homicidios se ha reducido un 10%, en Brasil un 11%, en Belice un 16%, en Guatemala un 16%, en Honduras un 16% y en El Salvador un 79%, en la República Dominicana el total de homicidios ha subido un 35%.
Otra área que requiere de mayor atención es la salud. Según el Ministerio de Salud Pública, las muertes infantiles en 2022 han aumentado un 7% y las muertes maternas han subido un 3%, respecto al año 2019. En otras palabras, durante 2022 murieron 5 mujeres y 220 niños más que en el 2019.
Al respecto, antes de pensar en el COVID como excusa, es oportuno notar que la tasa de mortalidad infantil estimada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha disminuido en prácticamente todos los países de la región, excepto en Santa Lucía y Dominica.
Lo mismo pasa con la desnutrición, algo que afecta de forma despiadada a las personas en condiciones de vulnerabilidad, sobre todo a los niños menores a 5 años. Al ver las cifras publicados por la FAO para el conjunto de países latinoamericanos, uno se da cuenta de que la República Dominicana es de los pocos lugares donde la desnutrición en 2020-2022 está por encima de su nivel prepandemia (promedio 2017-2019). Mientras en la República Dominicana la desnutrición ha aumentado un 0.8%, en Centroamérica ha disminuido un 3.7% y en América Latina la reducción ha sido de 0.5%.
Países como Paraguay, México, Guatemala, Panamá, El Salvador, Chile, Argentina, Costa Rica, Uruguay y Venezuela han logrado reducir la desnutrición con respecto al promedio prepandemia, pero en la República Dominicana ha subido.
¿Cómo podemos exhibir altas tasas de crecimiento económico en 2021 y 2022, pero al mismo tiempo tener uno de los mayores aumentos en la desnutrición en toda la región latinoamericana?
Ante estos datos, algunos se preguntarán si el deterioro de los servicios públicos se debe a falta de recursos disponibles. La respuesta es no. Actualmente el gobierno maneja más presupuesto y más empleados públicos que en el año 2019. A nivel de gasto gubernamental, el presupuesto para el año 2023 supera en un 60% el presupuesto del año 2019. Como es de esperarse, el gobierno dispone de un mayor presupuesto en parte por el fuerte incremento en la deuda pública. De hecho, según datos de la CEPAL, la República Dominicana es el país de Centroamérica de mayor aumento porcentual en la deuda del gobierno central. Si se compara con los 17 países de la región latinoamericana, superamos a 13 países en el incremento porcentual de la deuda. De igual forma, en la actualidad hay cerca de 74,400 empleados públicos más que en 2019, y el gasto de nómina ha aumentado un 20%. ¿Cómo se puede manejar más recursos y tener más empleados, y al mismo tiempo experimentar un deterioro tan significativo en los servicios públicos?
¿Cómo se puede tener mayores niveles de deuda y al mismo tiempo peores indicadores de condiciones de vida de la población?
Sin dudas, es hora de exigirle más al gobierno, pero también es hora de exigirnos más, y exigirnos en plural. Porque para que una sociedad alcance la excelencia, no basta con que mejore el gobierno, también las organizaciones y los ciudadanos debemos ponernos esa misma meta.
Debemos exigirles a los sindicatos de educación y de salud que ejerzan su derecho a huelga sin afectar los derechos a la educación y a la salud de los dominicanos. También debemos exigir más a las empresas, para que el aumento de salarios compense por productividad y no solo por inflación.
Debemos exigir más a los partidos políticos, para que realicen un ejercicio político fundamentado en el debate de ideas y propuestas de solución, y no un ejercicio partidario basado en el sonsacamiento de dirigentes de otras organizaciones y la promoción del transfuguismo.
En conclusión, es hora de exigir más y exigirnos más, cada uno desde su rol y su responsabilidad, pues todos tenemos mucho que aportar en el proceso de alcanzar la excelencia requerida para lograr mayores niveles de desarrollo en la República Dominicana. Depende de cada uno de nosotros, comenzando por los líderes, detener el peligroso descenso en la calidad de vida de la gente que ya están sufriendo muchos dominicanos y dominicanas.