Inversión pública y privada
El Gobierno actual ha señalado que la inversión extranjera aumentó en un 4% en el período enero-septiembre de este año con relación al mismo período del anterior.
Y justificó ese incremento en la confianza de los inversionistas en la economía y en el nuevo Gobierno.
Dado que las inversiones, sean extranjeras o nacionales, no se realizan de un día para otro, el hecho de que en los primeros nueve meses de este año de pandemia se haya incrementado la inversión extranjera es un reflejo del buen manejo económico de los funcionarios de la administración de Danilo Medina.
Hay que reconocerle al presidente Abinader el interés de mantener la estabilidad macroeconómica que se ha disfrutado por dieciséis años.
La ratificación de Héctor Valdez como gobernador del Banco Central es una muestra de que le interesa que se mantengan las condiciones monetarias que aseguran la estabilidad de precios y el crecimiento económico.
Las autoridades gubernamentales pronostican que la economía dominicana crecerá en un 6% el año que viene. Para alcanzar ese objetivo es necesario que se recupere la inversión, tanto pública como privada.
La acumulación de capital en forma de infraestructura pública, equipos, maquinarias y edificios, es una condición necesaria para el aumento de la productividad, competitividad, producción y del valor agregado.
En consecuencia, el Gobierno debe crear las condiciones para la expansión de la inversión.
Lamentablemente, el gasto público de capital se encuentra estancado. El gobierno del presidente Abinader no ha arrancado más allá de los anuncios.
La autopista del Ámbar, que será una obra clave para el desarrollo de la zona norte del país, no ha iniciado. En Pedernales no se ha puesto el primer bloque de cemento. A los puertos de Manzanillo o de San Pedro de Macorís no les ha llegado el primer bulldozer.
Y si es con la Ley 340-06 de Compras Públicas, o con la Ley 47-20 de Alianza Público-Privadas, que se pretende poner en marcha esas grandes obras, les aseguro que será hacia finales de 2021 que comenzarán los trabajos.
El presidente Abinader debe entender que la inversión pública es complementaria de la inversión privada.
Esos proyectos privados, a los cuales él ha asistido a dar el primer picazo, como la remodelación del Puerto de Barahona, que llevará a cabo la empresa Benfold para exportar carbonato de calcio por esa vía, o la construcción de hoteles en la zona este, se realizarán por decisión privada siempre que se mantenga la estabilidad macroeconómica y la seguridad ciudadana, entre otros factores.
Ojalá que el presidente Abinader no confunda su presencia en el inicio de esos proyectos privados, con la inversión pública que necesita poner en marcha para lograr la meta de crecimiento de un 6% para 2021.
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