¡Es el trabajo, estúpido! Más allá del crecimiento (y 3)

09-11-2023
Economía y empleos
El Dinero, República Dominicana
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El cambio tecnológico ha sido un motor clave del progreso económico y la innovación a lo largo de la historia. Desde la Revolución Industrial hasta la era digital actual, la tecnología ha modificado la forma en que producimos bienes y servicios. Sin embargo, este avance tecnológico también está teniendo un impacto transformador en los mercados de trabajo.

Esos impactos vienen a través de cambios como la automatización de tareas rutinarias y la introducción de robots en la industria manufacturera y de servicios que están cambiando la naturaleza de muchos empleos. Las tareas repetitivas son cada vez más realizadas por máquinas, reduciendo la demanda de ciertos puestos de trabajo.

La Inteligencia Artificial, que está avanzando a pasos agigantados y puede realizar tareas cognitivas complejas afectando a empleos que requieren toma de decisiones basadas en datos, como análisis financieros o diagnóstico médico. Ó, el trabajo a distancia y la digitalización, que permite a las personas trabajar desde cualquier lugar del mundo y acceder a una amplia gama de empleos en línea que, aunque puede proporcionar flexibilidad, también crea una competencia global en algunos sectores.

De la misma manera, la Economía de Plataformas, donde las plataformas digitales y las aplicaciones han dado lugar a la llamada “gig economy”, donde las personas trabajan como contratistas independientes en lugar de empleados a tiempo completo. Como vemos, en un mundo en evolución impulsado por los acelerados cambios tecnológicos, los mercados de trabajo se encuentran en medio de una transformación profunda, generando tensiones permanentes entre los objetivos de política y los instrumentos.

La República Dominicana, como el resto del mundo, no está ajena a estos cambios. En un país donde el empleo informal es una realidad para la mayoría, y donde las políticas laborales tradicionales no responden a las necesidades de una economía en rápida transformación, es esencial abordar cómo el cambio tecnológico está afectando a los trabajadores y cómo las regulaciones y políticas laborales deben adaptarse de forma constante para fomentar la creación de empleos y mejorar la calidad de vida de las personas.

Uno de los retos más apremiantes es la alta tasa de empleo informal. Según datos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), a marzo de 2023, el 56.7% de la fuerza laboral del país trabaja en la economía informal, lo que significa que carecen de los beneficios y protecciones asociados con el empleo formal. Para estos trabajadores las políticas laborales tradicionales, que se centran principalmente en el empleo formal, ofrecen poco o ningún apoyo.

Para responder a los desafíos de la alta informalidad laboral, la migración y la velocidad del cambio tecnológico, es esencial trascender la discusión sobre la necesaria reforma del Código de Trabajo y, de forma conjunta, considerar una reforma más profunda y comprehensiva del mercado de trabajo y sus instituciones, con la finalidad de implementar políticas laborales activas y políticas laborales pasivas que sean efectivas y adaptables a las necesidades cambiantes de los trabajadores y las empresas.

Las políticas laborales activas son aquellas que buscan fomentar la creación de empleo y mejorar las oportunidades laborales de la población. Estas políticas pueden incluir: los Programas de Capacitación y Formación: Para ayudar a los trabajadores a adquirir las habilidades necesarias para competir en un mercado laboral en evolución; el Apoyo a Emprendedores: Para fomentar el espíritu empresarial y brindar apoyo financiero y técnico a pequeñas y medianas empresas (Pymes) y emprendedores; los Subsidios Temporales a las Empresas para la Contratación: que consisten en ofrecer incentivos a las empresas para que contraten trabajadores, especialmente a grupos vulnerables; Políticas Industriales Activas para el Desarrollo de Sectores Emergentes: que consisten en identificar y promover sectores económicos emergentes que puedan generar nuevos empleos, como el desarrollo y la adaptación tecnológica y la economía verde; y, Facilitar el Acceso al Crédito: Mejorando el acceso de las Pymes y los emprendedores al financiamiento para estimular el crecimiento económico y la creación de empleo.

Las políticas laborales pasivas son aquellas diseñadas para proporcionar apoyo a los trabajadores en situaciones de desempleo o vulnerabilidad económica. A pesar de que la República Dominicana cuenta con algunas políticas pasivas, como la seguridad social y las pensiones, aún existen vacíos que deben llenarse, como son: El Seguro de Desempleo: Que consiste en implementar un sistema de seguro de desempleo para proporcionar un colchón financiero a los trabajadores despedidos; las Políticas de Inserción Laboral: Para ofrecer programas de inserción laboral que faciliten la transición de los trabajadores desempleados a nuevos empleos; la Protección Social Ampliada: que implica ampliar la cobertura de la seguridad social y garantizar que los trabajadores informales (trabajos precarios) también puedan acceder a beneficios introduciendo el denominado pilar solidario; el Combate a la Discriminación Laboral: Implementando regulaciones que prohíban la discriminación laboral basada en género, edad u otros factores.

Para abordar eficazmente los desafíos planteados por la alta informalidad laboral (precariedad laboral) y el cambio tecnológico en nuestra economía, es esencial que el código laboral se adapte y evolucione a una mayor velocidad. Los códigos laborales tradicionales, que históricamente se han centrado en regular las relaciones laborales formales, deben ser revisados y complementados con disposiciones que tengan en cuenta la economía informal (precaria) y las nuevas realidades del mercado de trabajo.

Algunos los elementos que debe contemplar la reforma del código laboral que, insisto, por si sola es insuficiente para mejorar el funcionamiento adecuado del mercado de trabajo, son la protección de los trabajadores informales que, al introducirse el registro obligatorio a la entrada y la salida a un empleo o actividad productiva, serían calificados como trabajadores en una actividad precaria, no en una actividad informal, pues la formalización viene dada por el debido registro. Y la adaptación a nuevas formas de trabajo como la economía de plataformas y el trabajo a distancia, asegurando que los derechos de los trabajadores estén protegidos en estos contextos.

La precariedad laboral, la migración y el cambio tecnológico continuarán siendo unas fuerzas que mantendrán en tensión nuestro mercado de trabajo. Si bien estas fuerzas representan retos significativos, también ofrecen oportunidades para obligarnos a reformar las instituciones y las políticas dirigidas a converger con los indicadores de desarrollo de los países de la OCDE, al potenciar la innovación y promover la creación de empleo en nuevas áreas de la economía.

La colaboración entre todos los sectores de la sociedad es esencial para garantizar que los trabajadores tengan acceso a empleos dignos y oportunidades en un mundo laboral en constante transformación. Sólo a través de un enfoque global que combine políticas laborales activas y pasivas, junto con la adaptación del Código de Trabajo, se podrá construir un futuro laboral más inclusivo y equitativo en la República Dominicana.