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Vale la pena siempre leer sobre el sistema financiero e interesarse en las finanzas personales, es decir, cómo administrar el dinero.

Cajeros, oficiales de crédito y de negocios, gerentes, por ejemplo, conocen sus funciones y participan en el sistema financiero, depositan recursos en cuentas de ahorro, aperturan certificados financieros, desembolsan préstamos, emiten tarjetas de crédito, entre otros.

Lo curioso es que muchos empleados de entidades financieras, empresas comerciales e instituciones estatales no conocen, pero desearían manejar herramientas sencillas para la administración de sus finanzas personales.

Hace ya unos años, la Encuesta de Cultura Económica y Financiera del Banco Central (2014), mostraba que solo el 32% de los encuestados en la República Dominicana, demostró un alto nivel de conocimiento financiero. El 41% dice desear más información sobre “ventajas y desventajas” de los productos financieros.

Educarles más allá de los videos y boletines informativos y que también reciban capacitaciones, asesorías y coaching por parte de supervisores.

Al final, la salud financiera del empleado se traduce en salud mental y seguridad emocional y, por ende, en mayor bienestar personal y rentabilidad para la entidad.

Que la meta sea que cada empleado cuente con un Plan de Gastos Personales a corto y largo plazo, en el que se analicen los gastos en alimentación, vivienda, transporte, financieros, educación, entre otros.

Para tener una idea del formidable alcance que podría tener esta iniciativa. según la Tesorería de la Seguridad Social, a abril de 2021, hay 2,135,308 empleados que pueden ser multiplicadores de las informaciones.

Ojalá, se haga acompañar de la constitución de un fondo de emergencia.

Lilliana Rodríguez Alvarez (Santo Domingo, 1982), economista con máster en políticas públicas y sociales y madre de dos.