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Y no de Covid. 

El riesgo de contagio resulta relevante tomarlo en cuenta en los grupos financieros y económicos así como en los sistemas financieros.

Es el riesgo que enfrenta una entidad de intermediación financiera como resultado de su exposición o propiedad común, proveniente de empresas “hermanas” o “coligadas” -como formalmente se les llama-.

En otras palabras, es el riesgo de que los problemas de una institución se trasladen a otra del grupo financiero, por los vínculos existentes.

Si un banco se declara en quiebra, se verán afectados los pagos a las entidades a quienes este le debe, ya sean ahorros o préstamos. Como un efecto dominó. 

Para amortiguar el posible impacto, es importante que el grupo evalúe las exposiciones que mantienen las entidades entre sí y hacer pruebas de tensión para medir la propagación de un shock.

Para hacer esas pruebas es importante tomar en cuenta los préstamos, depósitos y otras obligaciones que mantiene una entidad en las otras instituciones, ya sean locales o internacionales.

Tratemos de llevar esto a un plano familiar. Supongamos que una madre le presta dinero a sus tres hijos para comprar sus apartamentos y uno de ellos tiene fondos invertidos en una entidad financiera que quebró. Para hacer frente a la imposibilidad del hijo no pagarle, la madre deberá tener suficiente capital para seguir viviendo.

Por ello, los grupos financieros tienen que identificar cuales son los riesgos a los que se enfrentan, como pueden medirlos y mitigarlos.

Esta es una parte que tiene que ver con el riesgo de contagio financiero que podemos profundizar en otra ocasión, como por ejemplo el efecto negativo de contagio de la situación de una entidad de intermediación financiera en el sistema (contagio sistémico).

Pero en esta entrega, quiero resaltar el riesgo de contagio reputacional que cobra mayor importancia con la creciente digitalización de los servicios. 

Para tener una idea de ello, sólo basta con ver la evolución de los pagos móviles y transferencias de fondos en el Sistema de Pagos de la República Dominicana. El crecimiento exhibido en el 2020 prácticamente duplica el del 2019.

Mientras más personas utilizan la tecnología, mayor probabilidad de que el hacker engañe al usuario financiero. 

Los ciberataques exitosos pueden impactar negativamente la reputación de una entidad de intermediación financiera. 

Pueden provocar cierre de cuentas y pérdida de clientes por falta de confianza en esa entidad y por ende, en las demás entidades del grupo financiero, de valores, seguros o pensiones.

Así como con el Covid. Cuidarme yo, es cuidar al otro. No solo por responsabilidad con mis inversionistas, empleados y depositantes. También por responsabilidad con las otras entidades del grupo y sistema financiero.

Lilliana Rodríguez Álvarez (Santo Domingo, 1982), economista con máster en políticas públicas y sociales.