El BCE eleva los tipos de interés un 0,75%, la mayor subida de la historia de la zona euro
El Banco Central Europeo (BCE) ha declarado este jueves la guerra total a la inflación con la mayor subida de tipos de interés jamás realizada en los casi 24 años de historia de la institución. La autoridad monetaria ha decidido incrementar el precio del dinero en tres cuartos de punto, hasta el 1,25%. Con este aumento, la entidad presidida por Christine Lagarde busca atajar un alza de precios que alcanza ya el 9,1%, pese a los signos de recesión que ya se vislumbran en la zona euro. Los analistas daban por descontada esa subida tras la fuerte depreciación del euro frente al dólar, que se ha convertido en otra puerta de entrada de la inflación. En su comparecencia posterior al cónclave del Consejo de Gobierno, en Fráncfort, Lagarde ha anunciado nuevas subidas “en las próximas reuniones” frente al “riesgo de un aumento persistente de las perspectivas de inflación”.
En apenas dos meses, y con solo dos movimientos, el BCE ha dejado atrás ocho años de tipos negativos y una extraordinaria expansión monetaria y ha devuelto de forma abrupta los tipos de interés a los niveles de 2011. La subida aprobada por la autoridad de la zona euro poco podrá hacer contra el incremento de los precios de la energía, espoleado por la guerra de Ucrania. Sin embargo, las fuertes subidas de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra han hecho mella en el Eurobanco. Los esfuerzos de Lagarde para marcar diferencias respecto a Estados Unidos, que sufre un sobrecalentamiento económico, o del Reino Unido, marcada por el Brexit, cayeron en saco roto. Al final, el BCE también ha tenido que subir de golpe la palanca de los tipos de interés.
A la decisión han contribuido las nuevas perspectivas que han formulado los economistas del BCE, que prevén que la inflación media este año sea del 8,1%, frente al 6,8% que contemplaban en junio. Asimismo, creen que en 2023 se situará en el 5,5% (en lugar del 3,5%) y en 2024, en el 2,3%, frente al 2,1%. El Eurobanco admite ya que las consecuencias de la guerra de Ucrania serán mayores de lo esperado. “Se espera un estancamiento de la economía durante los últimos meses del año y en el primer trimestre de 2023″, señala nota difundida por la entidad. El bache se producirá sobre todo para 2023: el BCE ha pasado de esperar un crecimiento del 2,1% al 0,9%.
La depreciación del euro frente al dólar, que el BCE siempre ha mirado de reojo, es otra de las claves. La tasa de cambio ya estuvo detrás de la primera subida de tipos de la historia en la institución, en febrero de 2000. Entonces, la entidad presidida por el holandés Wim Duisenberg decidió encarecer el dinero para apuntalar el euro, que llegó a los 97 centavos. Más de dos décadas después, la moneda europea ha vuelto a perder la paridad e incluso a situarse por debajo de los 99 centavos después de que la Reserva Federal haya anunciado más mano dura. Y si bien la fortaleza del euro tradicionalmente ha castigado las exportaciones comunitarias, ahora se erige como un fuerte viento de cara para la economía, puesto que los contratos energéticos están denominados en dólares. En plata: el desplome del euro encarece la energía y agrava las tensiones inflacionistas.
A pesar de que las actas de la reunión no se publicarán hasta el mes que viene, los halcones tenían ahora una gran baza para imponer la subida de 75 puntos básicos. En el pasado, los países de la periferia advertían sobre las subidas bruscas de tipos por la posibilidad de que se dispararan de nuevo las primas de riesgo, generando una crisis de deuda como la de hace una década. Sin embargo, el BCE ha ido ajustando sus reinversiones de los programas de deuda a los países con más peligro de sufrir desajustes. Y además, ha aprobado un nuevo instrumento, el TPI (por sus siglas en inglés de Transmission Protection Instrument), para adquirir bonos de países que cumplan con las reglas fiscales, los planes de recuperación y no presenten grandes desequilibrios macroeconómicos.