Diez reflexiones y una conclusión sobre la política macro y fiscal al cierre de 2021
1. Nómina Pública: De acuerdo con la base de datos de la TSS, la cantidad de empleos en el sector público a octubre se había reducido en 27,411 respecto a julio del 2020. Pero no ha habido ahorros en términos monetarios porque el salario promedio de los empleados públicos ha aumentado y el gasto mensual es igual o mayor que antes.
2. Repensar el 4% del PIB a la Educación: Si se congela el monto asignado a Educación en 2022 a los niveles de este año, se libera un espacio fiscal de unos RD$ 37,000 millones, que bien pudieran utilizarse en otros gastos en lo que se define un nuevo plan para mejorar la calidad de la enseñanza.
3. Aspecto presupuestario: Es entendible que el entorno macroeconómico pueda cambiar o que las recaudaciones tengan un mejor desempeño al presupuestado. Pero programar gastos para ser ejecutados en dos o tres meses, cuando no se han ejecutado durante gran parte del año es difícil de entender. Y es lo que se ha hecho tres veces desde el año pasado. Esto puede terminar desacreditando el Presupuesto como herramienta de planificación de las finanzas públicas.
4. La política de financiamiento: Se puede criticar que las operaciones de manejo de pasivos hayan aumentado la deuda pública o que tal o cual bono se puede haber colocado a plazos o tasas diferentes. Pero esos son detalles. En términos generales, el Gobierno ha manejado la deuda igual que antes. Y esto ha sido correcto.
5. Gasto de Inversión: Con mayor inversión pública, el crecimiento de la economía hubiera sido tal vez 14%. Algo innecesario. En medio de una pandemia se puede entender que la prioridad eran otros gastos o que no se tuvo capacidad de ejecución. Lo que se debe tener claro es que esto no es sostenible.
6. Alianzas Público-Privadas: Hasta la fecha no se ha realizado ningún proyecto en el marco de este esquema. Pero el hecho de que sea un proceso lento no implica que el Gobierno deba desistir. Las APPs son un buen complemento si están bien diseñadas. Y es mejor que sea un proceso gradual porque hay mucha evidencia del perjuicio que han sufrido los países por contratos de APPs mal negociados.
7. El Problema Estructural de las Cuentas Públicas: Cuando se suma todo lo que hay que sumar, el déficit del sector público consolidado será cercano al 4% del PIB. Y esto ocurre en el año de menor inversión pública en las últimas cuatro décadas, recaudaciones mayores a las esperadas y con un crecimiento de dos dígitos. Esto muestra por qué el Gobierno insistía con una reforma tributaria.
8. Bien nos ha ido en medio de la turbulencia: Hemos tenido pandemia, inflación internacional de precios de alimentos, insumos y precios de energía; crisis de contenedores, un brote de enfermedad porcina, el problema de Haití; y vamos a cerrar el año con el mayor crecimiento desde 1973, con una reducción importante de la deuda en términos relativos, con un sistema financiero robusto, y con un sistema de salud controlado, entre otros buenos indicadores macroeconómicos.
9. ¿Hay que tener un poco de suerte? Nadie esperaba el empujón que nos ha dado la economía norteamericana. Esto ha llevado las remesas y las exportaciones de zonas francas a niveles sin precedentes. Y también ha ayudado al turismo.
10. Conciencia sobre estabilidad macroeconómica: El gran ganador es el país porque un cambio de partido no ha implicado cambios importantes en el manejo de la política económica. Y eso tiene mucho que ver con un Banco Central independiente y alejado de presiones partidarias. Pero también, con una clase política que ha asumido la estabilidad macroeconómica como una condición esencial para el desarrollo.
No quiero dedicarle tiempo al Sector Eléctrico. Sólo decir que el déficit en esa área va a explicar casi por completo el déficit del Gobierno. Esto no amerita comentarios adicionales.
Prudencia en la oposición
Uno de los problemas del Gobierno para tratar de convencer a la población de que se necesitaban más impuestos es que en la oposición lo criticaba todo, incluyendo los aspectos de política económica que estaban bien manejados o que escapaban al control de las autoridades. Tal vez es lo que mandan los manuales de estrategia política. Pero ahora ese discurso se ha revertido en su contra porque lo que ha hecho es seguir con muchas de las políticas macroeconómicas y fiscales que antes criticaba. Cuando tenga que aumentar los impuestos (porque de eso no nos salva nadie) un buen asesor de comunicación estratégica será necesario.