Desempeño económico a septiembre 2022
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, presentó la semana pasada los principales indicadores macroeconómicos de la República Dominicana. A pesar de un entorno internacional convulso y con tendencia recesiva, la economía dominicana mantiene buenos fundamentos que se traducen en un notable ritmo de crecimiento económico y en una trayectoria descendente de la tasa de inflación.
El Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) arrojó una variación acumulada de 5.4% en los primeros nueve meses del año, explicada la mayor parte por la fuerte recuperación del turismo. Ese resultado lleva a las autoridades del Banco Central a proyectar que para el año completo el PIB se expandirá en un rango comprendido entre 5% y 5.5%, zona en la cual cae el crecimiento potencial.
El papel jugado por el Banco Central en el sostenimiento de la estabilidad macroeconómica y la confianza en el peso dominicano ha sido clave. El ajuste oportuno de la tasa de interés de referencia y el desmonte gradual del estímulo monetario han hecho que los agentes económicos perciban que existe un férreo compromiso con la desaceleración del ritmo de variación de los precios, manteniéndose ancladas las expectativas de inflación.
A diferencia de lo que ocurre en diversos países avanzados y en desarrollo, el peso dominicano se ha apreciado con relación al dólar en 7% entre diciembre de 2021 y septiembre de 2022. Ese resultado se explica en parte por la entrada de divisas por concepto de remesas familiares, turismo, exportaciones de zonas francas industriales, exportaciones nacionales e inversión extranjera, lo cual ha permitido que las reservas internacionales netas oscilen alrededor de los 14 mil millones de dólares.
La adecuada política monetaria y la apreciación del peso han ayudado a que la tasa de inflación modere su comportamiento en los meses de agosto y septiembre, registrando el IPC variaciones mensuales de 0.21% y 0.29%, respectivamente. A septiembre, la tasa de inflación interanual se situó en 8.63% y las autoridades monetarias proyectan que cerrará en diciembre en torno a 7%, situándose en el rango meta de 4%±1% hacia mediados del año próximo.
El gran reto es mantener la credibilidad fiscal en 2023. El deterioro de las finanzas del sector eléctrico, provocado por el aumento de los costos de generación de electricidad y el incremento del porcentaje de pérdidas por mala gestión de la cantidad comprada, facturada y cobrada de electricidad, eleva el déficit del sector público consolidado.
Para evitar que aumente el endeudamiento gubernamental, las autoridades deberán reducir la inversión pública, que ya se encuentra por debajo del promedio de años anteriores. Lo anterior se complica por la etapa preelectoral del ciclo político, que presionará al gobierno a que cumpla promesas de campaña, en particular las obras de infraestructura. Esto pudiese desembocar en un incremento del déficit del sector público, resultado que sería mal visto por un mercado de capitales que exigirá el año próximo a los bonos soberanos dominicanos con vencimiento a diez años una tasa de rendimiento de, por lo menos, 9.25%