La declaración del 2025 como Año Internacional del Cooperativismo por parte de la ONU representa una oportunidad estratégica para el movimiento cooperativista de la República Dominicana.

Esta designación global permite posicionar con más fuerza el papel de las cooperativas en el desarrollo sostenible, la inclusión social y la economía solidaria.

El movimiento cooperativista dominicano puede y debería aprovechar esta coyuntura para ampliar su área de influencia y acelerar acciones que vayan en la vía de reducir pobreza y la desigualdad social, como son,

1. Fortalecimiento institucional y visibilidad

Campañas de sensibilización nacional: Promover el conocimiento del modelo cooperativo en medios de comunicación, escuelas y universidades. Incluso la ley 127-64 lo plantea y no hemos hecho lo suficiente.

Alianzas con el Estado: Impulsar convenios con instituciones públicas para el desarrollo de políticas públicas que fortalezcan las cooperativas como actores clave de la economía social. Acercarnos a los cabildos de los pueblos y las escuelas con un programa de acción para la comunidad.

Mostrar resultados: Publicar datos e informes que evidencien el impacto positivo de las cooperativas en la economía, en lo social y educativo, la equidad de género, la sostenibilidad ambiental y la inclusión financiera.

2. Educación y capacitación

Programas de formación: Ampliar la capacitación en gestión cooperativa, liderazgo democrático y principios de economía social.

Acercarnos a las asociaciones de productores y grupos de productores para ayudarlo para que se cooperativicen.

Impulso a la educación cooperativa en escuelas y universidades: Integrar contenidos sobre cooperativismo en los programas educativos formales. Acercarnos a las escuelas, impartir charlas a los estudiantes de educación media.

3. Innovación y digitalización

Modernización tecnológica: Promover la transformación digital en las cooperativas, mejorando servicios como banca en línea, gestión de datos y acceso a financiamiento.

Economía circular y sostenibilidad: Incentivar proyectos cooperativos en áreas verdes como energía renovable, agricultura sostenible o reciclaje.

4. Ampliación del modelo cooperativo

Fomento de cooperativas juveniles y rurales: Apoyar el surgimiento de nuevas cooperativas entre jóvenes, mujeres y comunidades vulnerables como productores suplidores del gobierno y grandes empresas.

Apoyo al emprendimiento cooperativo: Crear incubadoras de empresas cooperativas como alternativa al modelo empresarial tradicional.

5. Participación internacional

Intercambio con otras cooperativas del mundo: Participar activamente en foros internacionales durante el 2025, para traer buenas prácticas y generar alianzas estratégicas.

Atracción de inversión y cooperación internacional: Usar el respaldo de la ONU para obtener financiamiento, asistencia técnica o cooperación internacional.

En la República Dominicana, podemos y debemos más temprano que tarde, diseñar estrategias para empoderar e impulsar el COOPERATIVISMO y fortalecer la economía social y organismos como AIRAC, IDECOOP (Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo) y federaciones como CONACOOP o FENCOOP pueden liderar una agenda nacional del cooperativismo 2025, con foros, ferias, certificaciones y reconocimientos que eleven el perfil del sector ante el Estado, las empresas y la sociedad.

¡Avancemos! Depende de nuestros esfuerzos para lograr el éxito.