1984: el abril de la masacre
Este 23 de abril se cumplen 39 años del inicio de las movilizaciones que sucedieron durante los días 23, 24 y 25 de abril del 1984, las cuales el gobierno de Salvador Jorge Blanco y el PRD reprimió con dureza, provocando cientos de muertes y más de 500 heridos.
Con la llegada del PRD al poder en el 1978, el pueblo volcó sus esperanzas en que este partido realizaría un gobierno en favor de las clases populares, que garantizaron su victoria contra Balaguer, hecho que, lamentablemente, no sucedió, lo que generó frustración en la población.
Desde su llegada en 1982, el gobierno de Jorge Blanco había establecido negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), firmando en enero del 1983 un Acuerdo de Servicio Ampliado por valor de 460 millones de dólares.
A cambio de la asistencia del Fondo, el Estado se comprometía a realizar un sistema de giros escalonados durante tres años, suprimir las subvenciones al consumo, restringir el crédito interno, suspender toda emisión monetaria sin el debido respaldo y prolongar la austeridad.
En abril de 1984 regresaba al país una misión del FMI, la cual planteaba la aplicación de nuevas medidas, que implicarían hasta despidos masivos de empleados públicos, liberación de precios, entre otras medidas abusivas.
La noche del 18 de abril de 1984 (Miércoles Santo), la Dirección de Control de Precios, emitió varias resoluciones en las cuales aumentaba nuevamente de precio varios productos de primera necesidad, entre los cuales se encontraba el aceite, pan y azúcar.
Las medidas fueron anunciadas en momentos en que la mayoría de los dominicanos se encontraba disfrutando en el asueto de Semana Santa, los cuales por tradición se desplazaban al interior del país con sus familiares y seres queridos.
Ante los aumentos, diversos sectores del barrio Capotillo, realizaron un encuentro el Jueves Santo 19 de abril, acordando convocar una asamblea para el sábado 21 de abril en la cual participen otros grupos de dicha barriada.
El sábado 21 de abril se realizó la asamblea y se acordó desarrollar una jornada de protesta en el sector el lunes 23 de abril, contra los aumentos abusivos y el deterioro de la situación económica de los dominicanos.
El lunes 23 desde tempranas horas se inician las movilizaciones en el barrio Capotillo. El comercio se encontraba totalmente paralizado ante el llamado realizado en dicha barriada. La actividad comercial seguía de manera normal en el resto del país.
Alrededor de las 10:00 de la mañana, un grupo de manifestantes del barrio Capotillo detuvo una guagua de ONATRATE en las inmediaciones del hospital Moscoso Puello e incendió la misma. La noticia se esparció rápidamente, debido a la presencia de la unidad de Radio Popular.
Al mediodía del 23 de abril, ya se escenificaban protestas en la mayoría de los barrios de la zona norte de la Capital, extendiéndose más tarde al resto del país, no quedando casi un rincón de la República Dominicana en que no se expresara el descontento ante la difícil situación económica.
Ante las protestas, la repuesta del Gobierno fue la represión desmedida. La Policía disparaba sus armas contra de los manifestantes, provocando la muerte de niños, mujeres, ancianos y demás; fue una masacre contra la población civil desarmada.
La medida represiva del Gobierno fue respaldada en pleno por el consejo de gobierno ampliado y los principales dirigentes del PRD de ese momento, dentro de los cuales se encontraban Peña Gómez, Ivelisse Prats, Hatuey de Camps, Ramón Albuquerque y Emmanuel Esquea Guerrero.
Al mando de las fuerzas militares que ejecutaron la masacre se encontraba el tristemente célebre represor Ramiro Matos González, quien ocupaba el cargo de Jefe de las Fuerzas Armadas en el gobierno de Jorge Blanco.
Al finalizar las protestas, cientos fueron los muertos, más de 500 heridos y miles los apresados en todo el país. El gobierno de Jorge Blanco “felicitó” públicamente la acción criminal de las fuerzas represivas contra el pueblo que exigía mejores condiciones de vida.
Los militantes del PRD y miembros del gobierno de Jorge Blanco, justificaron las acciones bajo el alegato de que se trababa de una conspiración para derrocar al Gobierno, cosa que es una pura mentira: nunca han podido demostrarlo, 39 años después.
Los mismos organismos de inteligencias le informaban al presidente Jorge Blanco, mediante memorándum e informes, que las protestas eran consecuencia de la difícil situación económica, nunca señalando que éstas respondieran a una conspiración de la oposición política.
Este memorándum de fecha 23 de abril del 1984 es el #10941, en el cual Ramiro Matos informa a Jorge Blanco sobre las movilizaciones que se escenificaba en varios barrios de la capital y las razones que movían a los manifestantes a realizar dichas esas protestas.
Los días 24 y 25 las manifestaciones continuaron, la represión dirigida desde el Gobierno se profundizó. Cerraron medios de comunicación, apresaron dirigente de la oposición, golpearon periodistas y ciento de acciones antidemocráticas más.
Al cumplirse 39 años de la masacre de abril del 1984 se continúa manejando con hermetismo dichos acontecimientos, existiendo muy poco material visual que recojan los acontecimientos que sucedieron esos fatídicos días.
Ni perdón ni mucho menos olvido para los responsables de ordenar y ejecutar una masacre contra un pueblo hambriento que se lanzó a las calles ante medidas neoliberales que aplicó el Gobierno bajo la asesoría del FMI.
Relato originalmente publicado por el abogado Deivis Cabrera en su cuenta de Twitter: