Proliferan en EE.UU. producciones audiovisuales enfocadas en responsables de crisis de opioides
Por primera vez, la mayoría de los estadounidenses tiene una visión negativa respecto al progreso de su país en la lucha contra el problema de las drogas y piensa que está perdiendo la batalla.
Según los datos de un reciente estudio llevado a cabo por la empresa de análisis Gallup, el 52 % de los adultos encuestados considera que Washington ha perdido terreno en este asunto, el 24 % ve un progreso y el restante 23 % cree que la nación se ha estancado. Y es que las muertes por sobredosis de drogas en EE.UU. han aumentado drásticamente en los últimos años, y gran parte del aumento se debe a opioides sintéticos como el fentanilo.
Estas sustancias son la primera causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años. La semana pasada, las autoridades incautaron un estimado de 10 millones de dosis de sustancias, incluidos ocho millones de pastillas y polvos mezclados con fentanilo y metanfetamina, todo con un valor estimado de más de ocho millones de dólares.
Cambio en la narrativa
Si bien el narcotráfico está relacionado con el aumento alarmante del número de adultos estadounidenses que sucumben a sobredosis de opioides y otras drogas peligrosas, grandes compañías farmacéuticas son sospechosas de agravar la situación. Incluso, su participación en esta crisis está siendo tema de varias producciones audiovisuales estadounidenses.
Expertos ven un cambio en la narrativa de las mismas, más preocupada por mostrar la culpabilidad de esas empresas. Así, miniseries y películas como ‘Painkiller’ (‘Medicina letal’), ‘Pain Hustlers’ (‘El negocio del dolor’) y ‘Dopesick’ (conocida en España como ‘Dopesick: historia de una adicción’), se están centrando en las compañías farmacéuticas que son el origen del problema. De destacar e incluso romantizar la figura del narcotraficante como en las series ‘Narcos’ o ‘Breaking Bad’, la cultura de masas presenta ahora otro objetivo: enseñar quién se beneficia.
Uno de los elementos que pueden explicar este enfoque en la narrativa de las ficciones estadounidenses es la resolución de algunos de los miles de demandas judiciales presentadas contra compañías farmacéuticas, farmacias y distribuidores de opiáceos. Los arreglos han supuesto de momento más de 50.000 millones de dólares para gobiernos estatales y locales. Unos fondos que deben de ser gastados en tratamiento y prevención de adicciones.
Gestión de la crisis
En opinión de la historiadora y columnista Leticia Bianca, además del papel de las farmacéuticas, es necesario «empezar a pensar en la complicidad política al respecto». «Hay un desnivel muy grande en cómo se retrata en los documentales toda la complicidad política tanto de la FDA, que genera y aprueba estas drogas para consumo masivo, como del Congreso de EE.UU., que aprueba leyes que facilitan que estos ricos, tan ricos, tan malos, dueños de las farmacéuticas, se enriquezcan con el dolor de los demás», asegura.
Casi 110.000 personas murieron por sobredosis de drogas en Estados Unidos en 2022, un nuevo récord. En más de dos tercios de los casos, el fallecido había consumido un opioide sintético. El Gobierno ha anunciado hasta 450 millones de dólares para intentar vencer la epidemia. Entre las medidas adoptadas recientemente, se busca que la naloxona, un medicamento que puede revertir las sobredosis, sea almacenada en todas las escuelas.
El doctor Edwin Chapman, que lleva 23 años atendiendo a adictos en Washington D.C., asegura que la situación nunca había sido peor y que más dinero no siempre significa mayor eficacia. Admite además que la crisis es sistémica, producto de la desesperación creada por la desigualdad económica. Los problemas de los adictos, a su vez, acaban empeorando debido a la adicción. Un círculo vicioso en miles de casos mortal imposible de plasmar en una ficción con toda su crudeza.