46 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano
Bajo la sombra de una pantalla que proyectaba el rostro angustiado de una mujer encadenada a su destino, abrió sus puertas el jueves la 46 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
La cinta inaugural, “Belén”, dirigida por la argentina Dolores Fonzi, no fue una elección casual. Este drama, que relata la condena a ocho años de prisión de una joven acusada de haberse provocado un aborto en Tucumán, sirvió como un potente preámbulo para un festival que se declara, desde su primera secuencia, comprometido con las luchas y las realidades más descarnadas del continente.
La historia de la abogada que defiende a la protagonista con el apoyo de miles de mujeres resonó en cine Charles Chaplin como un eco de las propias batallas que, según los organizadores, libra la cultura latinoamericana hoy.
Fotograma de la película ‘Belén’.
Tania Delgado Fernández, directora del festival, tomó la palabra para tender un puente entre la ficción y la realidad. “Cuba los abraza en este momento que es difícil para el mundo y también para nuestro país”, expresó, acogiendo a los asistentes en un escenario global de tensiones.
Su discurso profundizó en la esencia del evento que preside, describiendo al cine que reúnen como “honesto, abierto, descarnado a veces, poético siempre, soñador, mágico”. Para Delgado, el séptimo constituye un antídoto fundamental, pues su tratamiento creativo representa “una poderosa alternativa a la manipulación y enajenación de otros medios, redes y pantallas” que saturan el paisaje informativo contemporáneo.
Según informó, en esta 46 edición fueron inscritas 2051 obras de estas, 1634 filmes, 297 guiones y 120 largometrajes. “Estas cifras, sin dudas, son un indicador inequívoco de la vitalidad del cine latinoamericano”, aseguró. Después del largo y riguroso trabajo del comité de selección, el concurso oficial quedó definido con 114 títulos, 30 guiones y 30 carteles.
Asimismo, en la sección no competitiva, Latinoamérica en perspectiva y otras muestras que incluyen filmes de varias regiones del mundo, suman 283 filmes de 42 países que estarán programados las pantallas de los cines. “Nuestro festival es intrínsecamente multinacional, multicultural, latinoamericano, caribeño y universal”.
La inauguración del evento estuvo cargada de referencias históricas que buscaron anclar el presente en un legado de resistencia.
Se destacó la conmemoración del centenario de Alfredo Guevara, fundador del festival, a quien Delgado definió no como una simple figura del pasado, sino como un hombre que dejó “una huella profunda e indeleble de acción y pensamiento comprometido”.
Esta conexión con los orígenes se reforzó al recordarse que el 4 de diciembre se cumplen cuatro décadas de la fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, gestada en un encuentro de cineastas e intelectuales con Fidel Castro y Gabriel García Márquez.
“Y aquí seguimos hoy”, proclamó la directora, “con un camino recorrido y un cine pujante que continúa siendo para siempre nuevo cine latinoamericano”.
Desde la perspectiva institucional, Alexis Triana, presidente del ICAIC, ofreció un testimonio concreto de lo que significa sostener ese legado en circunstancias materiales adversas, desde medidas extraordinarias implementadas para garantizar que el festival no se detuviera.
Sobre el balance de la producción cinematográfica nacional, anunció que a esta edición llegan “34 producciones cinematográficas cubanas, como ya no se veía desde hace casi una década”, una señal, a su juicio, de la lenta pero constante recuperación de la industria en la mayor de las Antillas.
La velada también fue escenario para reconocimientos. El Coral de Honor fue concedido a los Estudios Churubusco de México, celebrados como el “corazón del cine mexicano y de Latinoamérica” y aliados históricos del cine cubano.
La música, a cargo de Rodrigo García Ameneiros, Tania Hassee, Espirales y el maestro José María Vitier —quien interpretó icónicas piezas de la filmografía nacional— envolvió un evento que, entre la fuerza de Belén, la solidez de los discursos y el peso de la historia, reafirma su vocación de ser un bastión para un cine que se define, sobre todo, por su capacidad de resistir y narrar.
Del 4 al 14 de diciembre, la capital cubana es sede de la 46 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, evento que rendirá homenaje al centenario del intelectual y revolucionario Alfredo Guevara, fundador de la cita cinematográfica.
Una de las iniciativas más relevantes será MECLA “Isla Abierta”, mercado de cine latinoamericano que aspira a convertir a La Habana en un puente estratégico entre América Latina, el Caribe y Eurasia.
La convocatoria está abierta a productores, distribuidores, agentes de ventas, programadores, plataformas digitales, cineastas, instituciones académicas y autoridades del audiovisual.
El programa contempla exposiciones de carteles en homenaje a figuras y obras emblemáticas, como Alfredo Guevara, Luis Buñuel y “Vampiros en La Habana”, así como muestras de diseño contemporáneo a cargo de artistas como Raúl Valdés (Raupa).
El Festival también celebrará aniversarios institucionales como los 40 años de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, los 65 años de la Cinemateca de Cuba y del Noticiero ICAIC Latinoamericano, y la tercera edición del Foro de Animación Juan Padrón in Memoriam.