Sonia Seneviratne, una investigadora brillante que no es consciente de serlo
La investigadora suiza Sonia Seneviratne está considerada la especialista en clima más influyente del mundo. La experta en fenómenos meteorológicos extremos, como la excepcional ola de calor que ha afectado recientemente a Canadá y Estados Unidos, dice que hay soluciones. Solo se necesita estar dispuesto a cambiar un poco los propios hábitos.
“Mi carrera iba encaminada al espacio”, cuenta Sonia Seneviratne. “Me fascinaban los planetas, el universo, y quería estudiar astronomía. Pero luego me dije que había algo más urgente aquí en la Tierra”.
Así comenzó la carrera en ciencias medioambientales y climáticas de la profesora de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), que la ha llevado a convertirse en una de las principales expertas del mundo en los mecanismos que producen fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor y las sequías.
Olas de calor 150 veces más probables
Su descubrimiento más importante –junto con el papel fundamental de la vegetación– es que existe una relación directa entre los fenómenos extremos y las temperaturas globales. Una relación que la investigadora ha demostrado en el informe especial sobre los impactos del calentamiento global de 1,5°C, publicado en 2018 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU.
Más recientemente, ha participado en un estudio sobre la excepcional ola de calor que azotó Norteamérica en junio: debido al cambio climático, advierte Sonia Seneviratne, la probabilidad de que se produzcan fenómenos de esta índole se ha multiplicado por 150. En otras palabras, los períodos prolongados de temperaturas que se acercan a los 50 grados podrían ocurrir cada 5 a 10 años, en lugar de una vez cada mil años.
Con la ayuda de mediciones por satélite y observaciones sobre el terreno, Seneviratne ha descubierto también que las sequías influyen en la cantidad de CO2 en la atmósfera, un fenómeno que hasta ahora los modelos climáticos han subestimado. Durante los períodos secos y con altas temperaturas, la evaporación se reduce y las plantas absorben menos dióxido de carbono, lo que contribuye a un mayor calentamiento del aire, explica.
Gracias a estos trabajos y a numerosos artículos científicos, Sonia Seneviratne ha sido incluida en la lista de los mil expertos en clima más influentes del mundoEnlace externo de la agencia Reuters. La científica suiza se sitúa en la novena posición y es la única mujer entre los 30 primeros.
“Quería aprender el diccionario de memoria”
De niña, sentía curiosidad por el mundo que la rodeaba y le encantaba pasear por el bosque y observar los árboles. En su tiempo libre, leía uno o dos libros al día. También escribía algunos relatos cortos. “Quería aprenderlo todo, incluso el diccionario entero de memoria”.
En la Cumbre de la Tierra de Río, en 1992, tomó conciencia por primera vez de los problemas medioambientales y del cambio climático, recuerda la científica de 47 años.
Matriculada en biología en la Universidad de Lausana, nunca se perdía una clase de matemáticas y física, sus dos asignaturas favoritas. “En cambio, guardo malos recuerdos del trabajo en el laboratorio. Siempre solía romper algo”, recuerda divertida. En el tercer año de carrera, se cambió a la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, una de las pocas universidades en aquel momento que ofrecía un programa interdisciplinar de ciencias medioambientales.
Durante un intercambio académico en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, conoció a muchas mujeres que querían ser profesoras y esto la animó a seguir su carrera en un campo tradicionalmente dominado por los hombres. “La mayor dificultad en Suiza fue la falta de modelos femeninos, que sí encontré en Estados Unidos. Me abrieron nuevas perspectivas”, dice. Al regresar a Suiza, fue nombrada profesora con solo 32 años.
“Una de las mejores investigadoras en Suiza”
Seneviratne, de personalidad modesta, “siempre consigue identificar los grandes interrogantes en nuestro campo y ayuda a resolverlas”, ha indicado Wim Thiery, climatólogo de la Universidad Libre de Bruselas que realizó su posdoctorado en el laboratorio de la investigadora en la EPFZ, al diario Le Temps.
Y en declaraciones al periódico 24 Heures, la climatóloga de la Universidad de Neuchâtel Martine Rebetez la ha calificado como “una de las mejores investigadoras en Suiza”. Cuando la conocí me dije: ‘¡Guau! He aquí una persona absolutamente brillante que no es para nada consciente de serlo. Y además es buena persona”.
Basta ya de energías fósiles
“El cambio climático está ocurriendo ahora”, subraya Sonia Seneviratne, que no oculta su frustración por la falta de medidas decisivas para la protección del clima. “Estamos en el inicio de un nuevo régimen climático, pero no todos se dan cuenta de ello”.
Los científicos redactan informes, pero “cuando hablo con los políticos tengo la impresión de que no los han leído”, dice. Cree que Suiza debería crear un grupo de trabajo especial sobre el clima, como se hizo para luchar contra la pandemia de COVID-19.
Suiza está más o menos preparada, sostiene, pero no es suficientemente consciente de que los impactos en otras partes del mundo se sentirán también aquí. “Importamos la mitad de nuestros alimentos del extranjero. ¿Qué ocurrirá en el futuro si las regiones agrícolas del mundo se ven azotadas por la sequía al mismo tiempo y deciden, por ejemplo, suspender las exportaciones para satisfacer las necesidades internas?”
La investigadora llama a la movilización a todos los niveles. La solución, explica, es muy sencilla: “Tenemos que dejar de consumir energías fósiles. Existen alternativas, aunque mucha gente tiene miedo al cambio. No tenemos que cambiar profundamente nuestro estilo de vida. Podemos llevar una vida igual de cómoda con pocas emisiones.
Experta en los tribunales
Como ciudadana, Seneviratne intenta reducir su impacto disminuyendo el consumo de carne, prescindiendo del coche y optando por el tren en lugar del avión para los viajes por Europa. La próxima vez que vuele, dice, será posiblemente para visitar a su familia en Sri Lanka.
Como investigadora, se complace en presentar el estado actual de los conocimientos científicos ante los tribunales, como hizo en enero durante el juicio contra activistas del clima que habían ocupado una sucursal del banco Credit Suisse en Lausana. “Un juez piensa a más largo plazo que un político. Creo que los tribunales pueden desempeñar un papel importante en la lucha contra el cambio climático, como demuestran algunas sentencias en Alemania y Francia”, afirma.
Noches sin dormir redactando informes
Seneviratne participa también en la elaboración de los informes internacionales sobre el clima. Para el nuevo informe de evaluación del IPCC, cuya primera parte se publica el 9 de agosto, coordinó el capítulo sobre los fenómenos extremos. Una actividad no remunerada que se suma a su trabajo diario y que suele realizar por la noche o durante los fines de semana.
“Como científica, es un trabajo interesante porque me permite leer cientos de estudios y comprender dónde están las lagunas. Pero, sobre todo, porque tengo la impresión de estar contribuyendo a algo útil para hacer frente a la emergencia climática”.
Sin embargo, dadas las múltiples noches sin dormir, “no estoy segura de que la próxima vez vuelva a participar”, confiesa con una sonrisa.
Sonia Seneviratne
Sonia SeneviratneEnlace externo nació el 5 de junio de 1974 en Lausana (cantón de Vaud). Su madre es profesora de piano, su padre, de origen esrilanqués, empleado de la multinacional suiza Nestlé.
Estudió biología en la Universidad de Lausana y física ambiental en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), donde en 2002 defendió su tesis doctoral sobre sequías y olas de calor.
En 2007 fue nombrada profesora asistente –y en 2016 profesora titular– en el Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas de la EPFZ.
En 2018 fue coautora del informe especial del IPCC sobre las consecuencias de un calentamiento global de 1,5°C. Además de experta en fenómenos meteorológicos extremos, es autora de más de 200 publicaciones científicas. Tiene dos hijos, está casada y vive en Zúrich.
Espacio pagado
Quienes habitamos la Comunidad Ojalá sabemos que somos diferentes y nos alegra serlo.
Nuestros contenidos son útiles para comprender y mejorar la vida cotidiana. Están libres de publicidad. Los anima la curiosidad, el rigor y los financia la gente.
Únete. Participa. Haz un donativo.