Cada septiembre, Apple convoca la atención global con el lanzamiento de su nueva familia iPhone.

Aunque la expectativa permanece intacta, el entusiasmo no es el mismo de hace una década: desde la irrupción del iPhone X, la conversación ha girado hacia la idea de que la compañía de Cupertino ya no dicta tendencias, sino que las sigue con retraso, apoyándose más en el peso de su marca que en la innovación radical.

El iPhone 17 llega con el reto de revertir esa percepción. Los rumores más consistentes apuntan a un rediseño importante, sobre todo con la aparición de un modelo Air que sustituiría al Plus. La propuesta suena coherente con la tradición de Apple: un dispositivo ultradelgado de apenas 5.55 milímetros, mucho menos que los 8.25 milímetros del iPhone 16 Pro. Esa delgadez, sin embargo, plantea dudas. Se habla de una única cámara trasera de 48 MP, un retroceso que Apple tendría que justificar con ingenio de mercadeo.

En cuanto al resto de la línea, no se esperan sorpresas mayúsculas: mejoras de cámara —con una frontal que pasaría a 24 MP—, ajustes de procesamiento y optimizaciones de batería. En pocas palabras, el mismo guión de cada año, suficiente para mantener al público fiel, pero no necesariamente para entusiasmar a quienes esperan un salto cualitativo.

La gran incógnita sigue siendo el iPhone plegable. Aunque no se espera antes de 2026, los detalles filtrados dejan entrever un dispositivo tipo libro con pantalla interna de 7.8 pulgadas y un diseño pensado para reducir el pliegue al mínimo.

Apple, fiel a su estrategia, no suele llegar primero, pero sí busca llegar con una ejecución más pulida que la competencia. El precio estimado de 1,999 dólares confirma que no se tratará de un producto masivo, sino de una apuesta de prestigio.

La pregunta de fondo es si Apple está dispuesta a volver a arriesgar o si seguirá administrando con cautela la herencia de su dispositivo estrella. El 9 de septiembre, más que un lanzamiento, se pondrá a prueba la narrativa de una empresa que durante años definió el rumbo de la industria tecnológica.