Al menos 70 osos pardos (Ursus arctos) y ocho lobos grises (Canis lupus) han sido identificados desde el año 2019 en el Pirineo franco-español y Andorra, según el proyecto europeo LoupO, coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). 

Los investigadores han certificado que ambas especies, que forman parte del patrimonio natural de España, Francia y Andorra, muestran distribuciones transfronterizas.

Mientras que el oso tiene una población reproductora en el Pirineo central (Alta Garona, Ariège, Val d’Aran y Pallars), se ha encontrado la presencia de algunos machos de lobo erráticos asentados en el prepirineo y en el Pirineo oriental.

Más de 500 muestras no invasivas

Desde el inicio del proyecto, se han recogido más de 500 muestras no invasivas (pelos, heces, orina en nieve) para identificar a los osos y lobos del Pirineo.

Asimismo, los datos genéticos y ecológicos (obtenidos a partir de cámaras, observaciones, localización de presas de fauna salvaje y doméstica) han permitido identificar un mínimo de 70 osos diferentes en todo el Pirineo y un mínimo de 4 lobos solo en la vertiente catalana.

También han detectado la presencia de algunos lobos aislados tanto en Aragón como en el Pirineo francés.

El roble y el corzo, las preferencias dietéticas del oso y del zorro

El proyecto ha permitido estudiar el microbioma y la dieta del lobo y del oso. De este modo, se ha confirmado que la dieta de los plantígrados en el Pirineo es principalmente de origen vegetal y que son predominantes las plantas de la familia Fagaceae (por ejemplo, haya o roble). La dieta del lobo, sin embargo, solo ha podido ser determinada a partir de 11 heces, y la presa más detectada es el corzo.

El microbioma intestinal también muestra diferencias significativas entre osos y lobos, con disparidades en géneros relevantes como Streptococcus y Escherichia-Shigella, abundantes en las muestras de oso, pero no detectadas en las muestras de la otra especie. 

En el caso del oso, gracias a estos datos se han elaborado mapas de distribución según su abundancia en el territorio para aplicar medidas de gestión de diferentes intensidades, entre ellas de prevención de daños en zonas nuevas de expansión, lo que debe facilitar la anticipación a los conflictos.

La investigación, con un presupuesto de 1.250.109 euros, ha sido cofinanciado al 65 % por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa INTERREG V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020), un programa europeo de cooperación territorial creado para fomentar el desarrollo sostenible del territorio fronterizo entre los tres países.