Hallan vivo un animal que se creía extinto hace 40.000 años

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Identificar una especie distinta siempre es emocionante, pero también lo es descubrir una que se pensaba que se había extinguido hacía mucho tiempo. Este es el caso de una especie de almeja que ha vuelto de entre los muertos.

Se creía desaparecida desde hace 40.000 años

Conocida como Cymatioa cooki, la almeja solo se había encontrado como un fósil, y los científicos supusieron que la especie se había extinguido hace más de 40.000 años. Sin embargo, mientras buscaba babosas de mar en las pozas de marea frente a la costa de California en 2018, el ecólogo marino Jeff Goddard vio algo desconocido: un bivalvo blanco y translúcido de aproximadamente 11 milímetros de largo. Ninguno de los expertos que vio las primeras imágenes reconoció la criatura marina instantáneamente.

«Sus caparazones tenían solo 10 milímetros de largo. Pero cuando se extendieron y comenzaron a agitar un pie con rayas blancas brillantes más largo que su caparazón, me di cuenta de que nunca antes había visto esta especie», explica Jeff Goddard, asistente de investigación en el Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de California en Santa Bárbara.

De hecho, Goddard dijo que no es tan típico encontrar una especie viva originalmente conocida a partir del registro fósil, incluso en un lugar tan conocido como el sur de California.

¿Una nueva especie? Esto era lo que todos pensaban. Salvo que no se trataba una nueva especie, sino una almeja que se creía muerta desde hace más de 40.000 años, una especie que solo se conocía a partir de fósiles.

«El nuestro no se remonta ni de lejos al famoso celacanto o al molusco de aguas profundas Neopilina galatheae, que representa una clase completa de animales que se cree que desaparecieron hace 400 millones de años, pero se remonta a la época de todos esos maravillosos animales capturados por La Brea Tar Pits», aclara Goddard.

(E-H) holotipo, LACMIP 59.2., longitud = 9.7 mm (E) exterior de la válvula derecha (F) exterior de la válvula izquierda (G) interior de la válvula izquierda (H) interior de la válvula derecha. Créditos: Paul Valentich-Scott

A la caza de la almeja

Encontrar al molusco desaparecido no fue fácil. Una decena de viajes y dispuestos a rendirse, pues no habían vuelto a ver ni un solo espécimen, ahí estaba. Tras una roca, junto a un par de pequeños nudibranquios blancos y un gran quitón. Y comenzaron a trabajar en la identificación oficial del molusco.

Sabía que pertenecía a un género con un miembro en la región de Santa Bárbara, pero esta concha no coincidía con ninguno de ellos. Surgió la emocionante posibilidad de que hubieran encontrado una nueva especie.

«Cuando sospecho que algo es una nueva especie, necesito rastrear toda la literatura científica desde 1758 hasta el presente. Puede ser una tarea abrumadora, pero con experiencia puede ir bastante rápido», comentó Paul Valentich-Scott, coautor del trabajo que publica Zookeys.

Willett nombró a la especie en honor a Edna Cook, una coleccionista de conchas aficionada que reconoció el fósil como único entre una colección de más de 30.000 conchas.

¿Cómo es posible que no se haya visto antes?

Los investigadores aún se preguntan cómo los bichos eludieron a la ciencia durante tanto tiempo. Una idea es que el hábitat preferido de C. cooki está más al sur en Baja California, quizás en un área remota. A pesar de su pequeño tamaño y su oscura ubicación, todo esto plantea la cuestión de cómo la almeja pasó desapercibida durante tanto tiempo. Esto podría explicar por qué nadie ha reconocido a C. cooki según la tasa de desarrollo y la vida útil del animal. Es bastante curioso encontrar primero un animal como fósil y posteriormente toparte con él como una criatura viva.

«La costa del Pacífico de Baja California tiene amplios campos de rocas intermareales que se extienden literalmente por millas y sospecho que allí abajo Cymatioa cooki probablemente vive en estrecha asociación con animales que excavan debajo de esas rocas», agregó Goddard.