Artículo publicado en la revista científica Science aborda los éxitos y fracasos de los proyectos de restauración de sabanas. Alessandra Fidelis, una de las autoras del artículo y profesora de ecología de la Unesp, explica que, a diferencia de los bosques degradados, las sabanas son biomas muy antiguos, complejos y ricos en biodiversidad.

¿Cómo restaurar entonces las sabanas tropicales? “Plantar árboles no es la solución. Da la impresión de que estos ambientes son recientes y sencillos. Pero las sabanas tropicales, por ejemplo, existen desde hace millones de años. Y tienen una alta complejidad, tanto en su componente aérea, formada por el estrato herbáceo continuo, rico en especies de gramíneas y hierbas, y por arbustos y árboles dispersos, como, principalmente, por la gran diversidad funcional subterránea, formada por las raíces y órganos subterráneos de reserva.

Estos órganos son los que dan resiliencia al sistema, ya que tienen reservas y también almacenan los brotes, que se transforman en nuevas ramas después, por ejemplo, de que se incendia la zona. Todavía no sabemos cómo restaurar eso”, agrega Fidelis.

Estas formaciones de pastizales y sabanas son ecosistemas que forman paisajes abiertos, compuestos principalmente por pastos, hierbas, arbustos y árboles de tamaño pequeño o mediano. Es necesario aprender de la naturaleza y comprender el ciclo de retroalimentación entre suelo, vegetación, fuego y herbivoría.

Muchas especies rebrotan, si las yemas y las estructuras subterráneas no han sido perturbadas por las máquinas. Es necesario controlar especies invasoras como la brachiaria (ampliamente utilizada por la agroindustria), que son dañinas para la biodiversidad y la economía rural. La restauración de estos ecosistemas no es rápida y debe ser monitoreada cuidadosamente.